Antecedentes: El XX Congreso del PCUS, el 68, el 71 y las divisiones

Stalin ha muerto en los cincuentas. En el 56 se celebra, ya muerto Stalin, el xx Congreso del PCUS, ya bajo la dirección de Nikita Jrushov, el nuevo dirigente del Partido Comunista. En este famoso congreso, Jrushov acepta que hubo una serie de crímenes de Stalin. Por primera vez se reconocen, en una esfera oficial, los crímenes de Stalin, planteados no como los crímenes sino como los “errores de Stalin”, pero incluso decir que había errores era demasiado para los estalinistas. Y Jrushov, como dirección del partido, viene de la capa burocrática, es parte de ellos, pero la crisis está a tal punto, el descrédito es tal que admite que hay estos errores, apoyados en lo que van a llamar el “culto a la personalidad” y que por culpa de ese culto se solaparon algunos errores cometidos por el camarada Stalin.

Y hay además la admisión de que sí existía el testamento de Lenin. ¿Qué es ese testamento? A la muerte de Lenin, Stalin oculta este documento, esta carta que va a ser conocida en la historia como el “testamento de Lenin”. Es un testamento político, una carta. Porque el primer camarada del partido que va a percibir la existencia de la burocracia dentro del PCUS no es Trotsky, es Lenin en realidad, pero en sus últimos años de vida. Su último combate es contra la burocracia. Así se llama precisamente un libro que recoge estos artículos de Lenin, en donde se va dando cuenta de la existencia de una capa burocrática en el seno de la revolución y su creciente influencia dentro de la dirección del partido y que el elemento que lo representa es el camarada J. Stalin y lo dice por su nombre. Y él enfermo, en cama prácticamente, empieza una pelea con Stalin, en donde en medio queda la compañera de Lenin, que es insultada por el propio Stalin. De tal manera que el último documento de Lenin, furioso por el trato que le está dando Stalin, recomienda al partido de que por ningún motivo designe a Stalin como secretario general del partido porque no reúne las características por su estilo autoritario, burocrático, personal, de corrupción; que sería el peor candidato. Y es el que va a quedar a la muerte de Lenin. Al morir, el documento es ocultado y Stalin dice que no existe, que es una calumnia de los trotskistas, porque ellos dicen todo el tiempo por todo el mundo de que sí existe el testamento de Lenin advirtiendo explícitamente contra Stalin, con nombre y apellido.

En esta pelea, en el asunto de las nacionalidades, por ejemplo, que empezó a dar Lenin contra Stalin, aquél buscó el apoyo de Trotsky y éste vaciló y le pareció poco importante, que Stalin era un tonto, que no valía la pena ese debate, subestimó el asunto por ese fastidio de algunos camaradas intelectuales de ir a las reuniones y las peleas y se salía asqueado de eso y dejaba solo a Lenin en la pelea con Stalin.

En efecto, el testamento existía y muy explícitamente, y entonces en el XX Congreso, Jrushov dijo “sí, sí, aquí está” y se publicó, porque en las primeras ediciones de las obras completas de Lenin, esas partes no aparecían. Entonces la denuncia de Stalin por Jrushov va a provocar el primer gran cisma en el movimiento comunista oficial en el estalinismo porque va a dar la base política que necesitaban los chinos para estallar finalmente su bronca con la Unión Soviética y va a surgir una corriente que a futuro vamos a conocer como el maoísmo, que se separa de la fricción de la Unión Soviética a raíz del informe de Jrushov. Y acusan a Jrushov de contrarrevolucionario, traidor, socialtraidor e incluso en algún momento sugieren que se restauró el capitalismo en la Unión Soviética (pero en esa época, no ahora) por culpa de Jrushov. Y que ellos mantienen la lealtad al padre Stalin, como lo van a hacer durante toda su vida. Incluso ahora todavía, bajo la introducción del capitalismo de Estado en China, y poniendo a trabajar a los obreros chinos con salarios super bajos y sin derecho de sindicato ni de huelga, todavía han de tener los fotos de Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao para que los obreros obedezcan.

Y entonces el movimiento se rompe entre la corriente oficial del PCUS y la del maoísmo. En México esto tiene repercusión dentro del Partido Comunista. Surge una corriente crítica, fundamentalmente de intelectuales, de un par de células del D.F. en donde está el compañero José Revueltas y Enrique González Rojo, que se oponen a la línea del secretario general. Después de que expulsaron a Campa y Laborde en 1940, queda como secretario general desde 1940 hasta 1959, un nefasto sujeto que se llama Dionisio Encina, que es el va a producir todas las expulsiones y purgas durante todos esos años. Esta corriente surge en oposición a Dionisio Encinas; corriente que se sostiene en el célebre libro del camarada José Revueltas que se llama El proletariado sin cabeza. Que plantea que el proletariado mexicano no tiene cabeza, es decir, partido. Y él dice “todo lo que hemos visto todos estos años es la inexistencia del partido, esto no es el partido, no es la cabeza del proletariado, hay que construir el partido de la clase obrera”.

Se da el choque en el XIII Congreso del Partido Comunista Mexicano, en el año 59, entre estas corrientes, y resultado de este choque, la corriente de Revueltas sale del Partido Comunista y Dionisio Encinas, como parte de la represión al movimiento ferrocarrilero, también va a la cárcel Encinas, Siqueiros y otros miembros del Partido Comunista, que van a salir mucho antes de Vallejo y Campa. De tal manera que entre las dos corrientes que se confrontan en ese momento, hay una corriente de centro que es la que sale como ganadora y que encabeza Arnoldo Martínez Verdugo, que queda como el secretario general del partido a partir de ese momento. Pero Revueltas y estos compañeros se van del Partido Comunista y forman otra organización bajo la teoría de la inexistencia histórica del partido, que primero se va a llamar la Liga Leninista Espartaco. Esta corriente va a ser muy importante en los años sesentas en México, lo que vamos a conocer como el espartaquismo y que por primera vez va a montar antes de que surja el PRT, una corriente a la izquierda del Partido Comunista, de lo que era el mundo oficial de la izquierda en México. Por primera vez esto se rompe y surge una corriente a la izquierda, que es el espartaquismo.

La Liga Leninista Espartaco, con tal nombre dura muy poco y en cosa de un año o dos se convierte en una organización maoísta, en la Liga Comunista Espartaco y ahí expulsan a Revueltas. Revueltas es un personaje fundamental en la historia del marxismo en México porque está en la fundación del Partido Popular de Lombardo Toledano, después va al Partido Comunista, como militante comunista va a las Islas Marías preso, en el 59 rompe con el Partido Comunista bajo la teoría del proletariado sin cabeza, funda la Liga Leninista a la izquierda, la Liga Leninista se convierte en maoísta y lo expulsa, porque él está a la izquierda pero no es maoísta.

Hay algunos que estuvieron, como González Rojo creo, en la Liga Espartaco pero ya no en su fase maoísta, que se definen como espartaquistas, más que de la Liga Comunista Espartaco, porque lo que quieren reivindicar es esta posición crítica, de izquierda, pero no maoísta, que es lo que va a imperar en esta corriente en los sesentas. Pone mucho énfasis en la clase obrera, es una corriente muy proletaria, muy insistente del trabajo en los sindicatos. Y como fuerza política es el principal contrapeso del Partido Comunista en la izquierda antes del 68. Pero cuando llegamos al 68 la Liga Espartaco ya es maoísta.

El Movimiento del 68 va en un auge democrático y de masas, pero sí va a tener dirigentes del Partido Comunista o de la Juventud Comunista como Marcelino Perelló, Pablo Gómez, El Búho, pero porque son electos en sus facultades, sea la de Ciencias, la de Economía. O compañeros que venían del Partido Comunista pero que ya habían roto con él pero sin ser de la Liga Espartaco, como Raúl Álvarez Garín, que está unido en esa época con la Chata Campa, hija de Valentín, y que van a convertirse en los líderes más representativos del 68.

Y la Liga Espartaco, por esta insistencia proletaria que tenía en su construcción, subestima al Movimiento del 68, dice que es pequeñoburgués, de clase media, que no es importante y lo desprecia. Ellos son proletarios, están en su trabajo aunque tienen militantes por supuesto en la universidad, pero su interés es otro. Y el Movimiento va creciendo y la Liga Espartaco en el último momento da un giro de 180 grados, se da cuenta de la importancia y dice “a preparar el asedio al poder”, en el momento del 2 de octubre, y en ese contexto la Liga Espartaco estalla en infinidad de corrientes y de grupos políticos distintos que toman diferentes caminos, y lo que era una organización alternativa al Partido Comunista se pierde.

Y de la Liga Espartaco en su fase maoísta surgen varias derivaciones del maoísmo: los que se quedan en la causa del pueblo, en servir al pueblo, que diría Mao, o sea en la fase populista, de ascenso de la Revolución Cultural; disolver la organización e irse a las colonias populares a defender la causa del pueblo, sirviéndole al pueblo, a lo que el pueblo diga, hasta donde el pueblo quiera, abandonando toda idea vanguardista de que nosotros llevamos la verdad, sino ayudar a construir las organizaciones de masas del pueblo. Sus cuadros de la universidad son sacados de allí y enviados a colonias populares a servir al pueblo, no a hablar de política, no a plantear ninguna idea más adelante, sino ir con la conciencia del pueblo en ese momento. Camaradas que conozco que se metieron a Neza; mujeres a lavar ropa junto con las demás señoras y a comentar las telenovelas y no hablar de política sino hasta que el pueblo decidiera hablar de política; solamente a apoyar sus formas de organización popular. Ésos arrancaron como “Hoja popular”, que era un volante nada más para hacerse después unos de ellos línea de masas como corriente política, lo que después va a ser OIR-LM y que en Monterrey va a fundar el Frente Popular Tierra y Libertad, donde sale Beto ¿????; el ¿???? de Durango, de donde sale Gonzalo Yáñez, Marcos Cruz y éstos, estudiantes del CCH Oriente que son mandados a Durango a crear organización popular, pero no hablando de política sino a servir al pueblo.

Otros van a decir “línea de masas sí, pero no en las colonias populares sino en el movimiento obrero” y esto es línea proletaria: ir a hacer lo mismo pero en los sindicatos, disueltos, si es necesario aliados con Hernández Juárez en teléfonos, con los charros en mineros, para desarrollar lo que van a llamar la política de las dos caras: con el gobierno y con el movimiento.

Otros siguen reivindicando otro momento del maoísmo tradicional, que es el del partido. Son los del Partido de la Clase Obrera Mexicana, que quiere decir partido clandestino y frentes de masas. Éstos sí son partido, a diferencia de los otros, pero el partido es clandestino y las organizaciones públicas son la Federación Nacional de Organizaciones Bolcheviques, Antorcha Campesina, Antorcha Popular, como frente público de un partido que dirige Aquiles Córdoba, que es el partido maoísta verdadero.

O una derivación de éstos, de línea de masas, que va a ser el Frente Popular Independiente, de organizaciones de colonos y todo esto, que van a ir a dar al MRP. ―¿Supiste que se murió Antonio? ―¿Antonio Martínez? ―El domingo en la mañana, perdón que lo diga así, en medio de esto. ―¿“El Sol Negro”? ―“El Sol Negro”. ―Se murió el domingo en la mañana, cuando estábamos en Atenco. Me avisó Jorge Moret, que era del MRP, el papá de Lucía. Me dijo “se acaba de morir, está en Sullivan; a ver si vamos, ¿no? Yo no fui y nomás salió una esquelita en La Jornada, del CCH. Espero que no te afecte; bastantes pleitos tenías con él.

En esta corriente “El Sol Negro” es el líder, nada más que en esta visión maoísta de clandestinidad, cuando hacen el MRP y deciden salir públicamente para hacer alianza con el PRT, deciden que van a exhibir a algunos cuadros públicamente como líderes y a “El Sol Negro” lo van a mantener en la oscuridad como el verdadero líder. Lo que pasa es que éstos, al aparecer públicamente, se convirtieron en lo que caen los líderes y al final desbancaron a “El Sol Negro” y ya cuando se metieron hasta el PRD ya ni quién se acordara del pobre Antonio, que era la cabeza de esa corriente.

Todas estas derivaciones van a surgir posteriores al 68. Lo que llega al 68 es el espartaquismo. Luis Rojas, del autogobierno de Arquitectura, viene de esta corriente. Sí hay corrientes políticas en el 68 que ganan más o menos su apoyo en la base. Está la corriente que tiene el discurso principal del Movimiento en su asunto constitucionalista, que es el discurso que representa Heberto Castillo. No es líder estudiantil, es de la coalición de maestros, pero es el discurso que tiene legitimidad de defensa de la Constitución frente a un régimen autoritario y antidemocrático como el del PRI y de Díaz Ordaz. Y que defiende el derecho a la manifestación, a la reunión, etc., como valores de la Constitución. Esta corriente es la que llamamos constitucionalista, o en la jerga del 68, carranclanes o carrancistas por poner su énfasis en la Constitución pero que tiene su peso porque cubre el marco ideológico del 68, todo el asunto de las libertades democráticas, que es un punto fundamental.

Están las corrientes ligadas al Partido Comunista. Uno de los líderes principales es Marcelino Perelló, de la Facultad de Ciencias, un líder muy carismático que no está el 2 de octubre en Tlatelolco, y después del 2 de octubre escapa de México y va a Rumanía y desde allá declara que las balas en Tlatelolco eran balas de salva. Y entonces esto acaba de tronar el peso del Partido Comunista en el movimiento estudiantil. Otros compañeros como “El Búho”, de la Escuela de Economía, rompen con el Partido Comunista ya estando en la cárcel después del 2 de octubre; cuando después del 2 de octubre empieza una pelea en el movimiento para levantar la huelga ya; la huelga viene desde julio, es una huelga larguísima, desde el 29 de julio hasta diciembre que se levanta finalmente. Pero después del 2 de octubre es un periodo muy complicado de desgaste, donde la corriente del Partido Comunista plantea levantar la huelga ya. También están Pablo Gómez y Joel Ortega, Raúl Jardón, pero los principales eran otros.

Está la corriente típica de la dirección del Movimiento, representada por Raúl Álvarez Garín del Poli y Guevara Niebla de Ciencias, que son gente que había roto con la Juventud Comunista y que son los independientes. Y está otra corriente, alrededor del Comité de Lucha de Filosofía, pero con compañeros en Economía, Política, Prepa 4, representada sobre todo por José Revueltas. Revueltas está en el Comité de Lucha de Filosofía sin ser realmente académico de forma, pero protegido por el Movimiento, por el Comité de Lucha, por la asamblea y como maestro de la escuela de cuadros del Comité y representando esta izquierda.

De todo este escenario, esta izquierda radical representada por Revueltas, está Escudero, González de Alba, los trotskistas Manuel Aguilar, Sevilla y los compañeros que el 18 de septiembre del 68 fundan el MCI que inmediatamente después va a ser el GCI, como grupo político ya, no como una unión de comités de lucha del movimiento.

Hay compañeros que vienen del espartaquismo como Peralta, y los que son claramente trotskistas como Manuel Aguilar y Sevilla y muchos más compañeros de diversos comités de lucha. Por eso primero se llama Movimiento Comunista Internacionalista. Algunos de los opositores al pelón dirán que fue una maniobra de él, que el realidad se llamaba Movimiento Comunista Independiente y que luego él fue firmándolo Internacionalista. No sé si sea cierto, pero el hecho es que el LCI antes fue MCI. El salto tiene que ver con que el movimiento se funda el 18 de septiembre en el salón 11 de la Facultad de Filosofía y Letras, salón que ya no existe, era el salón más grande de la Facultad, en forma de auditorio, por donde ahora está el aula magna, frente a lo que ahora está la biblioteca, que antes tampoco existía.

En ese salón que hacían reuniones importantes, entre ellas la fundación del movimiento. Ha de haber sido citada la reunión como a las cinco de la tarde, ha de haber empezado como a las seis, y como ocho o nueve de la noche la reunión ha de haber terminado para poder seguir a la reunión del CNH que sesionaba esa noche en la Facultad de Ciencias, entonces varios camaradas tenían prisa para ir a la otra reunión. Sobre todo porque esta corriente estaba proponiendo al CNH llevar adelante un nuevo programa para el movimiento, y varios camaradas de los que estaban aquí estaban encargados de la elaboración del texto. Uno de ellos, Alfredo López, alias Castillo, traía el texto. El asunto es que empezó la reunión del CNH y esa noche entró el ejército a C.U. Es cuando empieza la represión, el 18 de septiembre. Porque el movimiento iba creciendo: julio, todo agosto, agosto 13 es la Marcha del Silencio, que entró impresionantemente al Zócalo; impacta fuertísimo porque es la recuperación del Zócalo y Reforma.

Si ven las fotografías o maquetas del Zócalo, era como en el modelo de todas las ciudades coloniales: la catedral, el palacio gubernamental y un jardín en medio. Con la llegada del PRI el jardín se acabó y se convirtió en una plancha de cemento como la vemos hoy y se convirtió políticamente en un centro de actos políticos del PRI y de apoyo al gobierno, exclusivo para ellos. Por eso el Movimiento del 68, que tiene esta parte muy importante de cuestionamiento de todos los ritos del régimen priísta y de reclamo de las libertades democráticas, se propone hacer una manifestación recorriendo el histórico Paseo de la Reforma, y sobre todo entrar al Zócalo para criticar, denostar e insultar incluso al “Bocón, sal al balcón”, “Ho ho, ho chi min, Díaz Ordaz chin chin chin” en una cosa que era impensada en el México de la época que era tocar la figura presidencial y ocupar el Zócalo, que era para ellos solamente.

Ésa fue la primera vez que entra la oposición en un movimiento que en estos meses, julio y agosto, el gobierno no ha podido controlar ni encontrar al líder que hay que agarrar para comprarlo o para matarlo, y el movimiento va creciendo y toma el Zócalo y va a abrir el camino histórico del Paseo de la Reforma al Zócalo como tradición para ocuparlo. De manera que ocurre esto que ya he contado cuando los cuarenta años, de mi impresión de esa noche de agosto en el Zócalo con mi escasa experiencia política, que cuando entramos al Zócalo y lo tenemos ocupado, que estamos yo y algunos otros tirados, acostados en el Zócalo con la impresión de que lo logramos, entramos, yo mismo saco la conclusión de que esto ya lo ganamos.

El siguiente paso es la exigencia que hace el movimiento del diálogo público porque parte de la ruptura de estos esquemas políticos previos al 68, la idea de que puedes cooptar a los líderes y puedes comprarlos, tiene que ver con la idea de lo que ahora llamamos la “negociación en lo oscurito”. Y el movimiento exige una cosa aún más canija, que es el diálogo público. O sea “sí, vamos a hablar, pero públicamente, no es lo oscurito”. ¿Qué quiere decir diálogo público cuando el movimiento es una confusión? No se sabe, pero esa noche yo digo “aquí ya ganamos, nomás tiene que bajar Díaz Ordaz y empezar el diálogo”. Y yo saco la conclusión, es un jueves, de que eso ya se ganó y que seguramente se gana el diálogo, se resuelve y la huelga se levanta el lunes siguiente. Y como provinciano norteño decido que es el momento que tengo que aprovechar para irme rápidamente a mi pueblo, porque como ya se va a levantar la huelga, aprovechar para ir unos días a la casa y estar a tiempo para el regreso una vez que hemos triunfado.

Ignorante de mí no sé que el ejército tiene tomadas las azoteas del Palacio Nacional y los edificios públicos que rodean al Zócalo por si el movimiento intenta hacer algo para aplastarnos ahí en caliente. Y la provocación de Sócrates Campos Lemus en el mitin. Sócrates, lamentablemente, era militante identificado del por, de los posadistas, y era uno de los representantes de la Escuela de Economía del Politécnico, y famoso por sus discursos acelerados e incendiarios, típicos de un provocador. Él toma el micrófono cuando estamos todos eufóricos en el Zócalo y dice “compañeros, estamos aquí exigiendo diálogo público y es nuestro derecho; entonces yo les propongo que ya que llegamos al Zócalo, no nos vamos hasta que venga el gobierno para iniciar el diálogo público; Los que estén a favor, levanten la mano”. Todos levantaron la mano, pero era una propuesta no acordada con el CNH, no preparada, sino una provocación, porque al hacerlo así, termina el mitin y nos vamos y se quedan unos cuantos con la idea de que hay que esperar a que baje el presidente para empezar el diálogo público o algo así. Y en la madrugada llega el ejército a levantar a los que estaban allí.

El control de la prensa y de los medios de comunicación es absoluto por parte del gobierno de Díaz Ordaz. Por eso una de las consignas más famosas y repetidas en las marchas del 68 es “prensa vendida” pasando por Reforma a la altura del Excélsior y de El Universal. Esto que ven ustedes ahora, que si el periódico La Jornada, que si estaciones de radio, que si Carmen Aristegui, no hay nada de eso. Lo único que había era Radio Universidad mientras no clausuraron la transmisión, pero todo lo demás está bajo su control. Entonces al día siguiente aparece “Afrenta de los estudiantes” y aparecen dos fotos: la foto del asta bandera del Zócalo con la bandera rojinegra a la mitad del palo; y otra foto, de Medicina, suponemos porque traen su uniforme blanco, subidos en las torres de la catedral tocando las campanas. Doble afrenta al subconsciente de pueblo mexicano de los dos máximos valores: primero, los estudiantes ofendieron la bandera nacional subiendo una bandera de un país extranjero; la ignorancia rebuznaba; la bandera era una rojinegra de huelga, si acaso se subió, yo no me acuerdo haberla visto. Y segunda afrenta: a la iglesia, porque en la euforia de llegar por primera vez al pinche Zócalo, éstos tocan las campanas como si fueran el padre Hidalgo entrando al Zócalo. Y estas pinches campanas que ahora sirven para boicotear los discursos de la oposición como hicieron cuando Rosario Ibarra estaba hablando con López Obrador. Tocadas a rebato para anunciar la entrada del movimiento estudiantil por primera vez al Zócalo. Las dos fotos en primera plana en los pinches periódicos para decir “miren lo que hicieron estos cabrones”.

Y para la mitad de la mañana está el acto de desagravio a la bandera. Y empiezan a sacar en camiones a empleados del gobierno de toda la ciudad, burócratas, a llevarlos como borregos al Zócalo para hacer el desagravio a la bandera que le había cometido los estudiantes. Pero los burócratas que llevan a la fuerza en los camiones van gritando “somos borregos, somos borregos, beee, beee”. Los bajan en el Zócalo y entonces el mitin de desagravio a la bandera se convierte en mitin de apoyo al movimiento, y los brigadistas repartiendo volantes entre ellos, y entonces vuelve a entrar la policía pero ahora para desalojar a los burócratas que habían llevado ellos. Primero los llevan y luego los corretean por todo el pinche Zócalo.

Todo esto es agosto. El gobierno detuvo a unos del Partido Comunista que estaban en el Café de las Américas, pero el movimiento siguió y no puede pararlo. Corría el rumor de que iban a tomar las prepas, e ingenuamente dijimos “saquen los mimeógrafos y el papel y tráiganselo a C.U. para protegerlos por si se atreven a entrar a las prepas”. Y cuál no sería la sorpresa de que el ataque no fue a las prepas sino a tomar C.U. el 18 de septiembre.

La tarde que se funda el CGI en la noche, entra el ejército a C.U. y el agrupamiento que está reunido esa tarde en el salón 11 es de compañeros de varias facultades y es un movimiento comunista más amplio que algún grupo de compañeros. Como esa noche es la represión, algunos de ellos van a dar a la cárcel y el grupo se desarticula. Uno de los pocos trotskistas de este reagrupamiento, Carlos Sevilla, esa noche va a dar a la cárcel, precisamente, al tratar de escapar de C.U. Cuenta él que se le ocurrió ―es un tipo muy ingenioso―, cuando vio que habían varias filas de soldados que estaban rodeando a C.U., en círculos concéntricos ―es bastante feo, Carlos―, agarró un periódico, lo hizo rollo, caminó con mucha seguridad ―es muy importante siempre caminar con seguridad, no mirando al suelo― y llegaba a una fila de soldados y decía “¡soldado! ¿dónde está el capitán?”, “por aquí”, y se pasaba la fila y llegaba con otro “¡soldado! ¿dónde está el capitán?”, “allá”, como si fuera un policía, hasta que llegó a la gasolinera en avenida Universidad y ahí ya tenían tirados en el suelo a un montón de chavos y ahí quiere repetir el mismo numerito por última vez porque ya era para salir a la calle y está una compañera tirada en el suelo que cuando lo ve llegar dice “¡Carlitos, a ti también te agarraron!” y va para adentro. Cuando salió de la cárcel y nos lo contó en una casa donde estaba Manuel, Manuel empezó a gritar como siempre “¡A poco Fulana de tal es una traidora, es policía!”; “No, no te estoy diciendo eso, nomás te estoy contando qué paso”. Se pasó tres años en la cárcel.

La represión, como saben, no acabó allí. El gobierno pensó que ahí agarraba al CNH. Ésta es la famosa historia contada en un libro de Heberto Castillo que se llama Si te agarran, te matan; él escapó por la parte de atrás de C.U. y quedó totalmente jodido porque es toda la parte del pedregal donde ahora está el centro cultural y otras facultades nuevas, pero que en esa época no existía. Lo que existía era el circuito escolar original que hace una “u”. Por ahí escapó este cuate para ir a dar a lo que ahora es el periférico. Otros también tuvieron que esconderse, como el propio Revueltas. Sí agarraron a algunos, pero no a todos los del CNH. El gobierno pensó que ahí se acababa el asunto, pero lo que pasó es que el CNH pasó de alguna manera a la clandestinidad. Empezó a reunirse a veces, sorpresivamente, en la Casa del Lago, pero estaba más escondido.

Eso fue el 18. El 19 entró el ejército al Casco de Santo Tomás. Los politécnicos dirían que los de la universidad somos clasemedieros y pequeñoburgueses. El 18, que entraron a C.U. es muy impresionante, pero ustedes ven las fotos y ven a la gente que va saliendo con los dedos en alto en “v”. En el Politécnico, que tiene su origen en el gobierno cardenista, en la ¿???? de una escuela de educación profesional para hijos de obreros y campesinos, que por eso tenía su internado, internado que fue cerrado en una lucha estudiantil previa, diez años antes, pero que tiene una composición social efectivamente más popular, y muchos salvajes paisanos míos dijeron “a nosotros no nos pasa lo de C.U., como a esos pinches chavos, nosotros sí los vamos a esperar”. La toma del día 19 en el Casco de Santo Tomás fue distinta; allí hubo hasta balazos, piedras, porque los del Poli estaban esperando ya la toma. La toma de todas maneras se hizo del Casco, Zacatenco, Chapingo, las normales, todo fue tomado.

Yo estaba en ese momento en la Facultad de Química en un comité de lucha y nuestros representantes al CNH regresaron con un mapa de toda la ciudad de México y diciéndonos “en el Consejo se decidió repartirnos la ciudad, y a la Facultad de Química le toca esta zona de la ciudad”. De tal manera que fui a dar a una zona de la ciudad por San Juan de Aragón y así como nosotros, los demás. De tal manera que las miles de brigadas que estábamos ya organizadas desde finales de julio y agosto seguimos funcionando como de costumbre. El gobierno no pudo impedir eso porque el movimiento seguía en las calles, en las diversas colonias, haciendo su agitación, explicando el movimiento, denunciando la represión, aunque el CNH no apareciera ya. De tal manera que todo septiembre el gobierno se desesperó de ver que a pesar de que todas las escuelas estaban ocupadas, el movimiento no se acababa, y había detenido a algunos pero no había logrado frenar ni encontrar el líder que manipulaba todo el asunto. De tal manera que el 30 de septiembre, 15 días después, se ven obligados a abandonar las escuelas. Salen de C.U. el día último de septiembre, el CNH se vuelve a reunir y convoca a un mitin para celebrar la recuperación de C.U. No me voy a distraer ahorita como lo hago en la Facultad, de contar la historia de Alcira, en la Facultad de Filosofía, pero es una historia muy bonita; después se la cuento.

Se reúne el CNH, convoca a un mitin para celebrar la salida del ejército de C.U. y para reclamar que también sea desocupado el Casco de Santo Tomás. Un mitin al día siguiente, 2 de octubre, en la Plaza de las Tres Culturas, en la idea de celebrar allí y luego salir en marcha hacia el Casco a reclamar su entrega. El mitin se convierte en esa trampa que necesitaba el gobierno de que, saliendo de C.U., el CNH reaparecía y se hizo presente en la barda del balcón del edificio Chihuahua. En este golpe, efectivamente ahí sí agarran a la mayor parte del CNH que había reaparecido, desde los líderes históricos como Raúl Álvarez, Guevara, El Búho y los que eran del Partido Comunista. En las siguientes semanas empieza la búsqueda de los que no agarraron ahí y por fin agarran así a todos los históricos maestros como Revueltas, Heberto Castillo, Elí de Gortari, todos éstos van a dar a la cárcel. En esta tradición del trotskismo, hay otro maestro que viene del periodo previo, que es el profesor César Nicolás Molina Flores, maestro de la preparatoria nacional, trotskista también, más grande que estos camaradas del 68.

Molina tenía grabado en cintas de carrete, el mensaje que mandó el camarada León Trotsky desde Coyoacán a un congreso del SWP de Estados Unidos. Y en un congreso del PRT en el cine Versalles, llevó este mensaje y escuchamos la voz de Trotsky dirigida en inglés con acento ruso echándoles el rollo a los del SWP. En otro momento les cuento qué pasó con ese archivo que se perdió lamentablemente de una forma terrible. Pues Molina es el otro trotskista que va a dar a la cárcel en el 68.

Volviendo al tema, el núcleo que habíamos participado en la constitución del MCI se reconstituye para finales del 68 en el Grupo Comunista Internacionalista, ya como grupo porque sus fuerzas se vieron bastante disminuidas producto de la represión, una represión que llegó en el momento en que estaba fundándose esta corriente y que muchos de los compañeros fueron a dar a la cárcel y vino este periodo de reflujo post 68.Fue muy jodido para el movimiento y también para nosotros, de tal manera que la reconstrucción quedó de un grupo mucho más pequeño que el original y que además no alcanzó a constituirse orgánicamente por la represión. Y luego algunos de los fundadores, o los que habían estado en la reunión de Filosofía tomaron caminos distintos.

Aun en la cárcel, Revueltas acompañó la evolución del GCI en su evolución hacia el trotskismo, hacia la IV Internacional porque es en este momento, finales del 68, principios del 69 en que yo entro en contacto con estos camaradas, en lo que era el núcleo de la Facultad de Filosofía, a la cual me iba a cambiar. Al terminar la huelga empecé mis trámites para cambiarme a la Facultad de Filosofía, a la cual ya de todas maneras estaba yendo durante la huelga, porque me di cuenta de que era mucho más emocionante estar en la Facultad de Filosofía que en las asambleas de la Facultad de Química.

Hay muchas calumnias y leyendas que se dicen sobre eso, de que me ganaron porque el comité de lucha de Filosofía tenía el control de la cafetería de la Facultad, cosa que ocurrió con casi todas las cafeterías que estaban concesionadas en aquella época; el movimiento las tomó, entonces en Filosofía el comité de lucha tenía la cafetería y ahí me ofrecían algunas tortas, pero es claro que mi conversión al trotskismo no se debió a unas tortas mal hechas sino a la presencia de debates políticos mucho más interesantes que en las otras escuelas, y además con la impresionante participación de muchas compañeras activas que eran una novedad en la política, y para este pobre provinciano recién llegado a la ciudad de México, encontrar a compañeras que iban hablando en voz alta, diciendo groserías, fumando y vistiéndose cada vez más exóticamente según iban avanzando los meses.

Ustedes comprenderán que después de la noche del 26 de julio, no es que los estudiantes dormimos el 26 de julio, después el bazukazo y al día siguiente amanecimos con el pelo largo y los huaraches y todo eso. En las fotos del 68 ustedes verán a muchos con el pelo corto, con corbata y con traje, que era una idea muy común en la universidad, vista como un escalón de promoción social, sobre todo los de la Facultad de Derecho iban así, pero no sólo ellos, porque no era cualquier cosa ir a la universidad.

Todo lo que hablamos de revolución sexual y cultural, se abre a partir del 68. Y esto es lo que yo estaba percibiendo en escuelas donde había una mayor influencia de la izquierda radical como la Facultad de Filosofía. Para finales de 68, aun en la huelga, empecé a ir a la Facultad de Filosofía y es cuando soy invitado al GCI. Y esto lo cuento porque al ser reclutado me dicen que están en discusión sobre la relación del grupo con la IV Internacional, que en el grupo no todos son trotskistas. A la siguiente semana que sale el siguiente número de la revista que empezamos a publicar, que se llama “La Internacional”, viene ya un artículo saludando al congreso mundial de la IV Internacional. Y yo les digo “oye qué pasó, no que había una discusión”, “pues es que la discusión ya terminó y ganó la posición de que sí la IV Internacional”. Originalmente, sobre todo en este momento de la MCI, no es un grupo de la IV, no hay solamente trotskistas, sino que éstos dan una discusión al interior y lo van trotskizando, de tal manera que para fines del 68, principios del 69, el grupo se identifica ya con la IV Internacional y entonces va a ser un esfuerzo inusitado, especial, para enviar a un camarada al IX Congreso Mundial de la IV Internacional. Se trata de un congreso muy importante porque el balance está para hacerse del gusto de ver ratificadas estas tesis y las nuevas perspectivas que se abren para la IV en todo el mundo. La conclusión es que hay una influencia de las ideas de la izquierda revolucionaria por el impacto de la revolución de Vietnam, el impacto del pensamiento del Che Guevara, asesinado en octubre del 67, o sea un año antes. Por eso en las marchas se ve la imagen del Che Guevara, de Vietnam, pero al mismo tiempo la protesta contra la invasión de Checoslovaquia, la presencia importantísima de Revueltas, que viene de la teoría del proletariado sin cabeza y rompiendo con el lombardismo, el estalinismo, el espartaquismo maoísta, y yendo hacia la izquierda hasta confluir con el MCI-GCI y la IV Internacional.

En las obras completas de José Revueltas hay un tomo que se llama México 68: juventud y revolución, que recoge sus artículos y escritos de este periodo. Y entre ellos está el saludo que manda al IX Congreso Mundial de la IV desde Lecumberri, como otro camarada. Por eso nosotros, como corriente, heredamos este programa que viene desde la fundación de la IV y el papel de Trotsky en México y luego el papel del intelectual de izquierda revolucionario más importante en la crítica al reformismo y al estalinismo de la primera mitad del siglo XX, que es José Revueltas. Trotsky es nuestro fundador, pero Revueltas tiene una referencia fundamental en este tramo de nuestra historia. Claro que si ustedes les preguntan a los de línea de masas que ahora están en el PT, lo consideran también como padre de su corriente. Incluso publican cosas de él y si mal no recuerdo, alguno de los periódicos que tiene el PT se llama “Revueltas” o algo así. Y es que Revueltas da para todos porque, dependiendo del momento de su vida, estuvo en el lombardismo, en el PC, la Liga Espartaco, y después, si siguen leyendo las siguientes páginas de México 68, él que es un iconoclasta y un radical, empieza a burlarse de nosotros y empieza a irse más hacia la izquierda, como medio luxemburguista hasta 76 en que muere.

Cuando él sale de la cárcel, en 71, regresa a la Facultad de Filosofía, sin contrato ni nada, al comité de lucha, para de nuevo estar dando los sábados, cursos de leninismo, imperialismo, etc. a todos los que queríamos escucharlo y aprender de él, además de acompañarlo a tremendas fiestas en las noches, de varios días de borrachera.

69 y 70 es un periodo de reflujo, después de la represión, en donde el movimiento se va achicando. En las asambleas del “Che Guevara” nos vamos quedando cada vez menos. Acabo de encontrar... lo iba a traer para que ustedes lo vieran, porque me preguntan mucho, sobre Avándaro. Este artículo acaba de salir, es sobre Monsiváis, acaba de salir en La Jornada, de una compañera que no me acuerdo cómo se llama, pero que escribe sobre Monsiváis y el rock y recuerda unas cosas dichas por él de por qué no fue a Avándaro.

Para acabar de tronar a la gente, según nuestra perspectiva, ―ya tenía dudas de si era cierto o no, pero este artículo de Monsiváis me lo refrenda― la policía se empezó a infiltrar en la universidad y empezaron a promover el truene de la gente y el consumo de mariguana y la droga. Pero los que la metían eran los policías. Y así muchos chavos se fueron por la droga y se perdieron para la política. En el GCI se decidió que no fuéramos a Avándaro, y este artículo sobre Monsiváis me recuerda: Monsiváis dice que no fue a Avándaro porque estaba pensado como un movimiento para sacarte de la política. No decía nada sobre el 10 de junio. Ahí fue “no hablemos de política, nada sobre la represión del 10 de junio y vámonos al reventón”.Y entonces dice Monsiváis “yo no iba a ir a eso”. Entendí la lógica de por qué nosotros también lo planteamos: por razones de seguridad, porque teníamos que tener cuidado frente al asunto de que era la policía la que estaba metiendo la droga y porque el asunto estaba presentándose como una plataforma para la desmoralización y el truene político de la gente, de escape.

Antes de que fueran liberados todos los compañeros en el 71, el gobierno ofreció que los que quisieran irse al exilio los dejaban salir. Entonces hubo un debate entre los presos del 68 si aceptaban irse al exilio o no, y la mayoría decidió que no, que se quedaban en Lecumberri exigiendo la libertad incondicional. Y hay algunos que sí se fueron al exilio, como un compañero de la Facultad de Filosofía que se fue a Chile; llegó despuecito del inicio del gobierno de Salvador Allende; se fue y siguió en la droga; y antes del 10 de junio se logró que todos los presos fueran liberados y fue la recepción en Ciudad Universitaria y todo eso y varios de los que se habían ido al exilio se regresaron a México, pero este cuate no pudo regresar porque estaba preso ahora en Chile por el gobierno de la Unidad Popular porque el contacto con la droga era un policía y cayó en la trampa y fue a dar al bote por un gobierno de izquierda. Para su tragedia, cuando todos los presos lograron salir, él no pudo porque él siguió en la cárcel pero ahora con el gobierno de la Unidad Popular.

Entonces en el GCI empezamos el proceso de construcción de la organización en condiciones políticas muy difíciles, de represión, de reflujo, de persecución porque siguió habiendo más detenidos; meten a la cárcel a los mamelucos, a los del Movimiento Marxista Leninista de México, donde estaba el hermano de Daniel Olvera, acusado de haber puesto unas bombas en la CTM, en el PRI, etc. y siguió habiendo más detenidos. Revueltas, por cierto, se convierte en un símbolo y está señalado como el líder, y en su juicio, que está en este libro que les menciono, hace un célebre discurso cuando se enfrenta con el juez. Dice “señor juez, ustedes me están acusando de haber estado al mismo tiempo, el mismo día y a la misma hora, en 15 lugares distintos: repartiendo un volante, imprimiendo otro, hablando en un mitin, quemando un autobús, arengando a otros, y en general ustedes dicen que yo soy el autor de todos los delitos cometidos durante el Movimiento del68. Vengo a declarar ante usted que efectivamente yo soy el culpable, el único autor de todos los delitos que ustedes le están atribuyendo al movimiento. Que así como un dios, estuve al mismo tiempo en todos los lugares que están señalando y haciendo todas las barbaridades que dicen que estuve haciendo. Por lo tanto senténcienme a mí solamente y liberen a todos mis compañeros. Porque lo que sí les digo, señor juez ¿????, que dentro de un año, dos años, cinco años, veinte años, cincuenta años, cien años, nadie se va a acordar de usted y de su nombre, y sin embargo la historia seguirá recordando la heroicidad del movimiento estudiantil del 68 y sus condenas y sus sentencias son inocuas”.

Entonces en este estilacho, el Revueltas siguió en relación con nosotros, y la construcción del GCI se planteó bajo las siguientes bases políticas, pienso yo. Primero, todo el rollo de la revolución mundial y del nuevo ascenso de la revolución que había abierto el 68; el congreso de la IV va a decir “hay un nuevo ascenso de la revolución”. Y en este nuevo ascenso ha surgido ―una frase que va a ser muy polémica y que va a provocar luego divisiones―, dice Mandel “ha surgido una nueva vanguardia de este movimiento, y es una nueva vanguardia que ya no viene del estalinismo como otras que habían surgido antes; por lo tanto que abre la posibilidad de una construcción de la IV Internacional como no había habido en el pasado”.

Entonces el CGI, por todo esto que dije del 68, porque el 68 significó el ascenso del radicalismo y la ruptura con la burocracia soviética y los partidos comunistas, surge con una definición ideológica y política muy trotskista: contra el burocratismo, por la revolución mundial, pero no tanto por la experiencia que hubiéramos tenido dirigiendo este o aquel otro movimiento, sino en función de una definición ideológica.

Segundo, queremos construir la cabeza del proletariado, es decir, un partido revolucionario de los trabajadores, de la clase obrera, y sin embargo somos un núcleo militante que ha surgido del movimiento estudiantil. Entonces nuestro análisis tiene que ver con lo que Mandel explica sobre la proletarización del trabajo intelectual. Mandel, para explicar el movimiento estudiantil que ha surgido a finales de los 60s, escribe varios importantes textos que hablan de cómo la universidad, en esta fase del capitalismo, se ha convertido en una universidad de masas. El papel social que tenía la universidad en épocas anteriores, dice, ha sido transformado. La universidad, incluso en el caso de México, cuando la Universidad Nacional se ¿???? por ejemplo la autonomía, los líderes de la autonomía de los años veintes en México de la UNAM, eran líderes de derecha, y el movimiento, en el contexto de la Revolución Mexicana, aparecía como una perspectiva elitista, que se marginaba del proceso revolucionario que estaba en curso, que estaba con los gobiernos de la Revolución.

En efecto, a finales del siglo XIX, principios del XX, la universidad es una institución de elite, para la burguesía, para sus hijos. Pero en el curso del siglo XX la universidad se va transformando en lo que Mandel llama una universidad de masas, no por una voluntad democrática de la burguesía sino por una necesidad económica del papel que pueden jugar los intelectuales en la nueva sociedad industrial y el desarrollo del capitalismo en el siglo XX. Pero entonces los universitarios se convierten, de ese sector de elite, que eran a finales del siglo XIX o principios del XX, y por lo tanto generalmente reaccionario, aristocrático y conservador, se convierten en la práctica en lo que Mandel va a llamar el proceso de proletarización del trabajo intelectual. Cuando hacía este chiste de mis compañeros de la universidad marchando en el 68 con su trajecito y su corbata y todo esto, cada vez más luido el trajecito, es reflejo de este cambio que va habiendo. Porque la idea que había, previa a la segunda mitad del siglo XX, de la universidad como un escalón de promoción social, dice Mandel, va siendo cambiada, porque en vez del médico que tiene su consultorio particular, estos egresados de la universidad van siendo cada vez más proletarios, asalariados de otras grandes instituciones.

Son, por su estatus social, proletarios intelectuales aun cuando ideológicamente no se dan cuenta del cambio que han sufrido socialmente. Pueden seguir pensando que son profesionistas, pero en la práctica son proletarios, pueden seguir sintiendo que son representantes de la clase media como cuando llega el de la encuesta y te dice “¿tú qué eres?”, “no, pues yo soy clase media”, no vas a decir que eres pinche proletario, sino clase media. O como es clásico en la universidad de Oaxaca, hay muchos abogados pero son carniceros, taxistas, etc., con título, porque no pueden ejercer como tales.

Entonces esto, dice Mandel, permite el surgimiento del moderno movimiento estudiantil que se da en México pero también en muchos otros países, en el marco del 68, pero no sólo del 68; que no es tampoco, como van a decir los ultras, una nueva clase social, porque son un sector en tránsito hacia asalariados o desempleados o lo que sea. Entonces la IV, bajo esta influencia del pensamiento de Mandel, dice “el movimiento estudiantil se convierte en una vanguardia transitoria del movimiento”, es decir, en una situación donde el movimiento obrero y campesino, como en el caso de México, está controlado por el gobierno, la burguesía, las burocracias, el movimiento estudiantil surge a la cabeza de las luchas, representando estas luchas, identificándose con los intereses históricos del proletariado pero sin ellos todavía, como una vanguardia transitoria, transitoria en lo que se completa la entrada en escena del proletariado que no está presente.

Para nosotros es una explicación muy importante porque la tragedia del Movimiento del 68 es esta soledad. Movimiento que va gritando “únete, pueblo, únete pueblo”, que logra repartir volantes en oficinas de gobierno, en hospitales, etc. Y diez días después, el 12 de octubre, tú ves a la masa enajenada viendo los Juegos Olímpicos, ¿y la masacre?, ¿dónde está?, ¿dónde quedó? Y si en Francia habían reprimido al movimiento estudiantil y habría habido un par de muertos, un par de heridos, una cosa así, y estalla la huelga general más grande de la historia de la clase obrera y del capitalismo en el mundo, en México el 3 de octubre no entra la clase obrera, no entra el campesinado, no entra el movimiento popular, mucha simpatía y mucho apoyo con el movimiento estudiantil, pero no hay una respuesta del tamaño de lo ocurrido el 2 de octubre, y diez días después, el 12, enchufados en la televisión viendo los Juegos Olímpicos. Por eso el impacto que refería hace un rato en el relato de Monsiváis en el 69, 70, la desmoralización de ver que te quedaste solo, que no hubo respuesta frente a esto y que tus compañeros se van abriendo y entregando a los brazos de la desmoralización. El reflujo es terrible en los dos años siguientes, hasta antes del 10 de junio.

En ese contexto, para nosotros son fundamentales los textos primeros del CGI planteando la importancia de la alianza obrero-campesino-estudiantil. El hecho de que el Movimiento del 68 es un movimiento político contestatario del régimen pero que se queda solo. La explicación de Mandel de que el movimiento estudiantil es la vanguardia transitoria, nosotros la tomamos para explicar y justificar, ya que el cgi surge en este contexto de represión y de reflujo, no nos queda otra opción más que seguir en el movimiento estudiantil, usándolo para nuestro proyecto revolucionario como esta vanguardia transitoria en lo que hay la reacción por parte del movimiento obrero-campesino-popular. Y convirtiendo nuestra estancia en el movimiento estudiantil como un periodo de acumulación primitiva de cuadros. Asumir que estos dos años, del 69 y 70, son un periodo en el que estamos en el movimiento estudiantil, sí, ni modo, nuestro proyecto va más allá del campus de Ciudad Universitaria, pero no podemos salir por las condiciones de represión que hay y porque somos un núcleo muy reducido que necesitamos acumular cuadros para cuando venga la siguiente fase de lucha.

Unos cuates maoístas se salen de la universidad, y se van solos a meterse a las colonias populares; otros sacan la conclusión de que la lucha democrática por la cual luchaba el movimiento estudiantil no tiene salida en el marco de este régimen, que lo que se necesita es una revolución; efectivamente, decimos nosotros, pero que si las masas están en esta apatía y en este desinterés, pues peor para ellos porque no lo entienden pero alguien tiene que empezar el proceso de revolución. Y la revolución no se puede lograr ya por medio de la movilización de masas sino por medio de la lucha armada, y entonces van a plantear las acciones armadas aisladas del movimiento porque está de reflujo. Esto no es tan claro en el 69 o 70 todavía, pero va a ser más claro y definitivo después del 10 de junio, donde el intento de salir a la calle es reprimido y ese sector saca esa conclusión.

La línea que entonces el CGI plantea es el de acumular cuadros y en la práctica pone el principal énfasis de acción política en la campaña por la libertad de los presos del 68. 69 y 70 es una campaña permanente de los presos que tienen un gran prestigio, no solamente Revueltas y Heberto, sino los líderes estudiantiles, que nos va a permitir entrar en relación desde muy temprano con los comités por la libertad de los presos políticos, que va a tener una repercusión posterior en el caso de Rosario Ibarra. Y segundo, un proceso de formación interna de los círculos del CGI: círculo Rosa Luxemburgo, círculo León Trotsky, círculo 2 de octubre, círculo Rubén Jaramillo. Está esta famosa anécdota que está publicada en algún boletín interno, de los cien libros que yo tenía que leer para hacer todo este proceso de acumulación de cuadros, de formación, de limitado trabajo externo, exclusivamente en relación a las campañas por los presos políticos, después de que las asambleas se nos fueron desinflando, y la publicación de los textos de la Internacional y de análisis de lo que está ocurriendo por medio de la revista “La Internacional”, que es una revista mimeografiada y engrapada que saca un buen número de ejemplares.

Entonces están los círculos y un grupo central, que todavía no se llamaba Comité Central porque no había sido electo en ningún momento, donde estaban camaradas como Alfonso Peralta (que es mi vínculo con la Facultad de Filosofía, porque queda como uno de los dirigentes después de que van a la cárcel Roberto Escudero, González de Alba, etc.); Marjori de Sicología (antes estaban juntas la Facultad de Filosofía y la de Sicología), que va a ser, junto con Mabel Conde, Mireya Zapata, todas ellas de Sicología, las primeras compañeras que plantean el feminismo dentro de la organización; es un periodo donde Marjori tiene un papel muy relevante como una de las dirigentes de la organización.

Está también, obviamente, “El Pelón” Manuel Aguilar, junto con ¿????, su amigo de toda la vida, tambikén de Políticas; Alfredo López alias Castillo; Octavio Serrano; Gustavo Rocha alias Octavio, de Sicología, “El Negro”; Eduardo Meléndez, Guayo, de Economía también; Roberto Güizar, de la Escuela de Economía del Politécnico; Ricardo Hernández, de la célula de la Prepa Popular, es otro caso de trotskismo, es un salvaje norteño de Gómez Palacio Coahuila, de La Laguna, que muy joven se fue de bracero a trabajar a Estados Unidos y allí entró en contacto con la política y los trotskistas. En algún momento del 68 decide regresarse a México ya como trotskista y los camaradas del SWP, Socialist Workers Party, que era la organización trotskista desde la época de Trotsky, formada casi casi por él mismo, muy importante para el trotskismo en México durante mucho tiempo porque la relación, especialmente en el periodo de la guerra y demás, con la IV, era sobre todo con los compañeros de Estados Unidos, estos camaradas tenían la virtud, esto es lo que quería yo destacar cuando les dije al inicio de que después de la muerte de Trostky la continuidad organizativa mexicana se rompió. Y en el caso del SWP de Estados Undos,se convirtió en una organización muy importante en la IV porque tenía la virtud de q1ue había logrado  una continuidad organizativa desde la época de Trotsky y por lo tanto varias generaciones de dirigentes, desde la generación fundadora de James Canon, a la generación de Joseph Hansen, uno de los secretarios de Trotsky en Coyoacán, a las siguientes generaciones que llevarían finalmente a la generación de dirigentes de Jack ¿???? y Mary Alice Waters que al final sacarían al SWP de la IV.

De tal manera que cuando Ricardo Hernández le dice a sus compañeros del SWP que se viene a México, le dicen “ve a ver a Manuel Aguilar”, que es el contacto que ellos tienen en México. Y cuenta Ricardo Hernández que cuando llega a buscar a El Pelón a su departamento de la calle de Amsterdam, tocó y salió Mara, la que era compañera de Manuel en esa época, una compañera trotskista de Lituania que se había quedado en México, alta, güera, guapa. Ricardo pensó “ésta ha de ser la hija del camarada” pensando en el SWP y las viejas generaciones de dirigentes. Mara le grita “darling, te buscan” y llega El Pelón con el pelo largo, todo hecho un loco, eso de Pelón fue porque en una época anterior se había rapado, y Ricardo se queda muy impresionado porque el contacto que le habían dado no es como los dirigentes trotskistas de Estados Unidos.

Ese grupo de camaradas son, como en la versión bíblica, doce compañeros organizados en seis grupos, donde cada dos eran responsables de un círculo. Yo entré al círculo de la Facultad de Filosofía que se llamaba Rubén Jaramillo, y va a ser hasta finales del 70 o principios del 71 cuando hay por primera vez una asamblea de los militantes del CGI donde por primera vez nos vemos y conocemos muchos, que no teníamos contacto o conocimiento directo, en una estructura semiclandestina que requería la época, de no contacto entre nosotros, de nombres falsos, etc. La situación va a cambiar con el nuevo ascenso del movimiento que se da a principios del 71. En diciembre hay una huelga histórica de los presos políticos, huelga de hambre en Lecumberri, que es reprimida, emborrachan y sueltan a los presos comunes para que golpeen a los presos políticos y rompan su huelga.

Esto tiene que ver con que en 1970 fueron las elecciones presidenciales. Terminó el periodo nefasto de Díaz Ordaz, y empezaría el más nefasto de Luis Echeverría.  En la tradición política de la época, el presidente saliente decidía al entrante y Díaz Ordaz decidió que el candidato presidencial fuera Luis Echeverría, seguramente calculando que ésta sería la garantía de alguien que le cubriera las espaldas por todas las tropelías realizadas en el sexenio diazordacista, porque Echeverría había sido su secretario de Gobernación, mano derecha en todos los crímenes cometidos por el diazordazato, incluso probablemente algunas cometidas en exceso como la propia masacre del 2 de octubre a cargo de la Federal de Seguridad que dependía de Echeverría más que de Díaz Ordaz.

Díaz Ordaz decidió entonces la candidatura de Echeverría y muy pronto, parece, se arrepintió según una famosa y reputada historiadora muy conocida, que es la Tigresa Irma Serrano en su histórico documento A calzón quitado, donde cuenta que siendo amante de Díaz Ordaz se dio cuenta del enojo de éste con las primeras declaraciones de Echeverría ya como candidato, donde, como un experto en el doble discurso, en la falsedad, en la hipocresía, en el estilo de serpiente que lo caracteriza, entró en campaña poniendo deslinde con respecto a Díaz Ordaz, queriendo aparecer como una figura distinta, aprovechando que Ordaz había asumido toda la responsabilidad del 2 de Octubre.

A pesar de la represión y el reflujo, en la campaña electoral de Echeverría en el 70, por donde fue le aparecieron consignas como la famosa “2 de octubre no se olvida” y la presencia del movimiento estudiantil exigiendo la libertad de los presos del 68. Esto porque, como ya lo he dicho en otros contextos, el 3 de octubre el gobierno pretendió decir que no había ocurrido el 2 de octubre, y que había sido una pequeña reyerta tan sólo. Hago el símil con la historia que cuenta García Márquez en Cien años de soledad cuando hubo una represión similar en Colombia contra trabajadores creo bananeros que son masacrados y los cadáveres subidos en los vagones del ferrocarril para ser arrojados al mar y decir “eso no ocurrió en la historia”. La pretensión era similar con respecto al 2 de octubre del 68 y por eso desde el 2 de octubre del 69 y cada 2 de octubre la consigna que se gritó y que fue imponiéndose es “2 de octubre no se olvida”.

Por eso decimos que hay una parte de la lucha política que es fundamental para nosotros, que es también el sentido del partido y el sentido de largas charlas como ésta, que es la recuperación de la memoria histórica. El 2 de octubre quiere decir la lucha por impedir que el crimen fuera ocultado y en ese sentido podemos decir ―ahora Echeverría está con sus nietos; estaba con arresto domiciliario pero ya se lo quitaron― que no hay justicia todavía en relación al crimen del 68, pero la pelea por la memoria histórica finalmente la ganamos porque la pretensión de borrar el hecho como lo que relata García Márquez, ellos no lo lograron porque el “2 de octubre no se olvida” se impuso no solamente al año siguiente, sino a los diez años; y a los veinte años todavía el ejército dando explicaciones sobre lo que ocurrió, si fueron los civiles los que los provocaron, si había habido balazos de los estudiantes; y a los treinta años saliendo todavía documentos y fotografías mostrando que los primeros relatos que se decían falsos sobre el batallón Olimpia y unos tipos enigmáticos que entraron al balcón del edificio Chihuahua siendo muy altos, fornidos, no parecían mexicanos, con el pelo corto como soldados y usando un guante blanco en la mano izquierda y con las armas para detener a los del CNH que estaban en el balcón y desde ahí disparar para dar la señal para que empezara la balacera y que estaban en los testimonios del 68 y que el gobierno decía que eran falsos, 30 años después se consiguen en España unas fotografías donde se ve a los tipos gigantescos con el guante blanco, las pistolas, agarrando a los dirigentes y disparando hacia la Plaza de las Tres Culturas.

Igual cada 2 de octubre encuentras una manifestación estudiantil de cuates que no solamente no habían nacido el 2 de octubre del 68, sino ni siquiera sus papás los tenían como proyecto, porque son cuates nacidos hace apenas 20 años. El grito de “2 de octubre no se olvida”, la estela en la Plaza de las Tres Culturas, el día declarado como de luto en la ciudad de México, etc., ocurre a más de 40 años del hecho y en esa pelea de la memoria hubo un triunfo de nuestra parte aunque no haya justicia.

Y en la campaña presidencial de Echeverría, el reclamo de la libertad de los presos del 68 y el 2 de octubre se le hace presente en todo el curso. En Morelia, por una obsesión que empieza a desarrollar, que es la obsesión de recuperar lo que él llama el diálogo con la intelectualidad, con la universidad, roto por el 68, entra a la Universidad Nicolaíta Michoacana, y cuando está dentro los estudiantes lo rodean y lo obligan a hacer un minuto de silencio por el 2 de Octubre. Dice la conocida doctora historiadora, la “Tigresa” que esa noche que le pasan el reporte a Díaz Ordaz, éste, furioso, no la atiende bien porque grita y mienta madres de que se equivocó y de que Echeverría lo está traicionando.

Echeverría plantea lo que llama la “apertura democrática”, encontraste con Díaz Ordaz, en la idea de ganar el diálogo con los intelectuales, los académicos y la universidad, en una maniobra que tendrá algún éxito con algunos de ellos como Carlos Fuentes, que entran en el discurso de la “apertura democrática”, pero que al tomar posesión el 1º de diciembre de 1970 inmediatamente se confronta con la huelga de hambre de los presos del 68 en Lecumberri a finales de diciembre, la represión a la huelga de hambre, el reclamo que sale a principios del 71 de la libertad a los presos políticos, y el estallido por primera vez de una huelga en la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde se intenta reformar la ley orgánica. Porque los efectos como olas de agua en otras universidades surgidas a partir del 68 empiezan a notarse lentamente a partir del 71. La primera señal es la huelga en la Universidad de Nuevo León. Al surgir esta huelga empieza a reactivarse el movimiento estudiantil en la ciudad de México, a reorganizarse los comités de lucha, las asambleas, a buscar la solidaridad con los estudiantes de Nuevo León. Ya no existe el CNH ni nadie que intentara ser el CNH después del fin del movimiento, pero se constituye el COCO, el Comité Coordinador de Comités de Lucha de la UNAM y del Politécnico, básicamente la misma estructura del CNH con la experiencia aprendida en el 68, con elección de representantes de cada una de las facultades al COCO para organizar la solidaridad con la Universidad de Nuevo León y reactivar la lucha por la libertad de los presos políticos, ya que Echeverría está hablando de “apertura democrática”.

El rector Pablo González Casanova se pronuncia a favor de la libertad de los presos políticos pidiendo al gobierno una amnistía general; nosotros, en típico discurso ultra decimos “no queremos amnistía, queremos libertad inmediata e incondicional; eso es muy reformista”. Pero todo esto va creciendo. Este mismo rector ha creado, y ése es el año de su fundación, el Colegio de Ciencias y Humanidades a nivel bachillerato: Azcapotzalco, Vallejo y Naucalpan. En el 70, cuando se vota en el Consejo Universitario, la creación del CCH, yo había sido elegido consejero universitario estudiantil por la Facultad de Filosofía, entonces me tocaba votar el proyecto de González Casanova del CCH. En mis consultas con la dirección del GCI, el camarada Jorge del Valle alias Ramiro, que recién regresaba de Europa con todo un rollo bien ultra, me explicó que era un proyecto burgués y que debía votar en contra. Junto con la compañera representante de la Facultad de Ciencias, que éramos los dos consejeros universitarios estudiantiles ligados al movimiento, tuvimos un debate en el Consejo y al final nos abstuvimos, no votamos en contra, estaba como muy grueso y tenía que haber pasado a la historia votando en contra del CCH. Y al año siguiente empieza el CCH.

La huelga de la Universidad de Nuevo León sigue creciendo, el coco se constituye y empiezan a ir comisiones de solidaridad de México a Monterrey. En relación al GCI esto es importante porque varios camaradas del periodo de acumulación del 69 y 70, como seguíamos en la universidad, empezamos a tener un papel relevante en la nueva lucha. Nos llega un folleto de Daniel ¿???? que se llama “El segundo aliento”, un folleto muy bonito, rojo, creo que venía de Argentina, que venía como anillo al dedo para lo que nos estaba pasando a nosotros. El periodo de preparación del GCI en el 69, 70 se refleja en el 71. Es el momento en que yo soy elegido porque ya la vieja generación del 68 en la facultad y los que me habían reclutado ya se habían ido para ser maestros en el CCH como Alfonso Peralta. Esto va a servir como canal para establecer los primeros contactos políticos del GCI fuera de la ciudad de México. La presión por la libertad de los presos va in crescendo, González Casanova obtiene la amnistía, Echeverría está retado por el asunto de la “apertura democrática”, entonces manda el mensaje de que les da exilio a los que quieras para que se vayan, los presos se pelean, unos dicen que sí, otros que no, unos se van pero la mayoría se queda, la pelea sigue por la libertad de los presos, el movimiento sigue creciendo, el GCI entra como cuchillo en mantequilla para otra vez encontrar la actividad política y en cierto momento la huelga de Nuevo León logra cierta reforma.

Como siempre en estos movimientos, el balance de que si lo que se consigue es suficiente o no está ahí, hay pelea y broncas de que si se levanta o no la huelga. Para el momento en que esto está sucediendo, el COCO ha hecho todas las consultas en las asambleas en la ciudad de México y está convocando a una manifestación para apoyar a los de Monterrey para el 10 de junio bajo el reto de que Echeverría está diciendo “apertura democrática”. Pero cuando está decidiéndose esto, los de Nuevo León levantan la huelga y al mismo tiempo finalmente Echeverría cede y sueltan a los presos del 68. Y al poco tiempo sueltan a los pre 68: Gilly, Vallejo, Campa. Recuerdo la llegada de los que habían ido al exilio. Hicimos una movilización en un momento en que todavía no se puede salir a la calle, en camiones al aeropuerto para recibir a los que venían del exilio y trasladarlos en camiones, pero en la calle ya, aunque motorizados, para llevarlos a Ciudad Universitaria a recibirlos en el mitin de bienvenida a, como decía Radio Humanidades, transmitiéndose desde la Facultad de Filosofía y Letras, “el primer territorio libre de la ciudad de México”. En un pinche radio que no era un radio sino un megáfono hacia las islas. Fue una recepción multitudinaria en la víspera de la marcha del 10 de junio.

Al resolverse la huelga en Monterrey empieza el debate entre nosotros. Heberto Castillo, recién salido de la cárcel y otros dicen “no hay que hacer la marcha, hay que suspenderla, es una provocación”; otro sector, en donde estamos nosotros junto con los del Partido Comunista, que va en un proceso de radicalización para tratar de recuperarse del desprestigio del 68, decimos “sí, hacer la manifestación”. Y la manifestación sale el 10 de junio con una movilización masiva gigantesca, sobre todo la mayoría de los contingentes provienen del CCH, o sea los que no habían estado en el 68, la nueva generación, que entra en un proceso de radicalización super acelerada, habiendo empezado las clases en marzo del 71, para el 10 de junio ya son los principales contingentes, los más grandes, en donde se da este engarce entre los estudiantes del 68 tipo Alfonso Peralta convertidos en los maestros del CCH con el rollo que traía en este momento el discurso de González Casanova sobre las nuevas técnicas de enseñanza-aprendizaje de que ya no se trata del catedrático frente a los alumnos, sino que se trata de una retroalimentación, es decir los pinches chavos hablándoles de tú a los pinches maestros, y los maestros aprovechándose para que sean los alumnos los que expongan.

Este ambiente de radicalización que se va viviendo es muy importante para el desarrollo del GCI, con este discurso sobre la vanguardia transitoria, sobre la proletarización del trabajo intelectual, sobre el segundo aliento y el reto a nivel político con la apertura democrática de Echeverría y su discurso demagógico, el GCI, como otras corrientes, especialmente la ultraizquierdista que va a surgir después del 10 de junio, empieza a tener un crecimiento muy grande precisamente en esta generación del 71, donde está Hilda Valencia entrando al CCH Azcapotzalco, el Castor, Simón, Amador, Braulio.

La represión del 10 de junio tuvo una característica distinta a la del 68 en la medida en que esta última fue una expresión brutal de la represión por medio del ejército con la masacre del 2 de octubre. En cambio con Echeverría, experto en todo tipo de maniobras, hipocresía, doble cara, se da esta represión con grupos paramilitares, que es el caso de los halcones del 10 de junio, para manejar la versión de un choque producto de supuestos enfrentamientos entre los propios grupos estudiantiles. Al inicio del ataque de los halcones a la marcha, va saliendo la columna del Poli pasando por la Normal de Maestros, se presentan, van vestidos de civil, incluso con carteles del Che Guevara en las varas de kendo con las cuales atacan la marcha. Después es obviamente el ataque incluso con armas de fuego.

A pesar de la represión del 10 de junio, aunque va a tener consecuencias sobre la perspectiva política revolucionaria y las perspectivas de construcción, se da una recuperación y nuevo ascenso de las luchas, que empiezan a trascender el ámbito estudiantil. Con la liberación de los presos políticos empieza a haber expresiones de lucha en el movimiento sindical, que tienen su punto más alto en el 75 con la Tendencia Democrática dirigida por Rafael Galván en el sindicato de electricistas, que va a confluir en el SUTERM; empieza a haber las expresiones primeras de movimiento campesino independiente; y empieza la organización de lo que vamos a conocer como Movimiento Urbano Popular.

En el GCI planteamos entonces que se abrían posibilidades para un desarrollo más rápido en la construcción de una organización revolucionaria. Nuestro balance tenía que ver con la idea de la necesidad de construir un partido revolucionario, porque hay un sector de la generación surgida en la lucha del 68, crítica, decepcionada con el Partido Comunista, que desarrollan la concepción de que no es necesario el partido, que el partido es un obstáculo y plantean como una herencia del movimiento estudiantil, la idea de una visión “movimientista” en el terreno político. En este momento tenemos esta alianza en “Perspectiva”; en esa revista había una confluencia de diversas corrientes, donde la más relevante públicamente era la integrada por los compañeros que venían del 68, que habían sido líderes y que habían logrado salir de la cárcel antes del 10 de junio del 71.

Con ellos planteamos, así como Heberto Castillo por su lado estaba haciendo una gira por el país con lo que se llamaba en ese momento el CNAO (Comité Nacional de Auscultación y Organización) para plantear la propuesta de la construcción de un partido político, nosotros hiciéramos lo mismo encabezados por los compañeros líderes del 68 que tenían un gran ascendiente en el movimiento y la generación post 68. Este debate se da con estos compañeros pero no hay acuerdo y hay finalmente una separación. El grupo que viene del 68, de los líderes más conocidos como Guevara Niebla, El Búho, Raúl Álvarez, Escudero, se inclinan más bien por una idea intermedia entre la visión movimientista que retomaba la imagen de “Iskra” del movimiento revolucionario ruso, es decir, no construir organización en este momento porque se burocratizaría, sería un obstáculo para la expresión del movimiento de masas, etc., sino una publicación que como “Iskra”, jugara el papel de contacto, de elaboración, de discusión, etc., con una perspectiva de izquierda en vez de un esfuerzo de organización. Y el CGI planteando abiertamente que había que tener una publicación pero partidaria para un esfuerzo de organización de tipo partidario.

No hay acuerdo y se dan dos caminos distintos. Aquellos compañeros empiezan la publicación de la revista “Punto crítico” y conforman la corriente que va a ser conocida así, y muchos años después, como veinte años después, le agregan el nombre de Organización Revolucionaria Punto Crítico en una evolución de su pensamiento que al final pasan a ser parte del PRD. Pero en este momento no es la idea de una organización, sino un centro aglutinado alrededor de una revista. Y por nuestra parte iniciamos la publicación de “Bandera roja” como órgano del GCI en la idea de aprovechar esta circunstancia para un proceso de construcción más audaz, más acelerado, pero donde obviamente nuestro cálculo incluía la alianza con otros sectores. Al no contar con eso, nuestro resultado fue menor. Sí implicó un salto importante porque antes de “Bandera roja” publicábamos revistas como “La Internacional” y otros escritos en papel revolución para mimeógrafo y luego engrapados y punto. Y “Bandera roja” fue ya un periódico impreso a dos tintas y con un tiraje grande en un primer momento, 10 000 ejemplares, tiraje que no pudimos sostener por una crisis que se dio después en el GCI.

Y esto tiene que ver con el hecho de que la organización está muy sobredeterminada en sus definiciones y su origen por los debates a nivel internacional y las definiciones internacionales. Tiene un aspecto positivo, por supuesto, todo nuestro proceso de definición desde el 68 tiene que ver con las definiciones de la IV Internacional, el trotskismo, nuestra posición frente al estalinismo, que sí tiene una serie de implicaciones en las definiciones en México, que nos ayudan a tener una visión de largo plazo sobre lo que queremos hacer, nuestros propósitos, pero al mismo tiempo con un enraizamiento débil y exclusivo en el movimiento estudiantil, seguramente, pienso yo, sobredimensionamos las dinámicas y los debates a nivel de la IV Internacional.

Había en la IV, en este periodo, un intenso debate de tendencias resultado de las conclusiones del IX Congreso Mundial de la IV Internacional, en el año de 69. Este congreso recoge el balance de la experiencia del 68 y del nuevo ascenso de la revolución mundial, pero este IX Congreso va a pasar a la historia como muy relevante porque hay una resolución sobre América Latina, y esta resolución va a pronunciarse a favor de la lucha armada. Que tiene que ver con la experiencia surgida en Argentina, sobre todo; en menor medida en Bolivia; con la experiencia del PRT en Argentina. Saca la conclusión de que en las condiciones de lucha política de aquel país, contra la instalación de la dictadura, la lucha por las libertades democráticas no encuentra un espacio de expresión en la lucha política abierta, legal, y que lleva a una confrontación directa, inmediata, con el gobierno, en este caso con la dictadura. Que por cierto hoy, julio de 2010, está apenas sometiéndose a juicio al general Videla, por ejemplo.

Entonces los compañeros del PRT plantean que la continuación de esta lucha política no puede hacerse sin pasar a organizarse y defenderse por medio de un núcleo armado, y por eso es necesario construir un brazo armado del partido. Este brazo armado va a ser el ERP, por lo cual la organización será conocida como PRT-ERP. Pero esta línea, aprobada por el Congreso del PRT, no es unánime y hay una división en el partido. En un primer momento los dos se llaman PRT, uno combatiente y el otro La Verdad, por los nombres de sus periódicos. El PRT-combatiente, que saca el periódico “El combatiente”, va a convertirse en el PRT-ERP. Y el PRT-La Verdad, con una unificación con una parte del Partido Socialista, va a fundar finalmente el pst, dirigido por el compañero Nahuel Moreno.

Entonces estas diferencias sobre lo que hay que hacer en el caso de Argentina rebota en una discusión dentro de la IV a propósito del IX Congreso, que avala en su mayoría la posición del PRT-ERP. Pero dentro del congreso mundial de la IV surge una tendencia opuesta a esta línea que apoya y hace alianza con los compañeros del PST. En esta alianza participa, como otro partido importante, el SWP de Estados Unidos, que como dije antes, tenía una larga tradición en la IV e incluso en la relación con el trotskismo mexicano. Se abre una lucha de tendencias que va a durar muchos años a partir del IX Congreso y la organización de la tendencia dentro de la IV encabezada por el PST y el SWP contra la línea de la mayoría. Apoyando al prt-combatiente está la mayoría de las secciones de Europa.

Este debate va a marcar prácticamente a todas las secciones de la IV y se polariza en toma de posiciones distintas dentro de cada organización. México no podía ser la excepción. Al IX Congreso había ido solamente un camarada, Manuel Aguilar, y en este debate votó con la posición mayoritaria dentro del Congreso. Pero con el desarrollo del GCI en los siguientes años ya hay dentro de la organización compañeros que sostienen el punto de vista de la minoría de la Internacional. El debate, en el caso de Argentina, está teniendo conclusiones prácticas, hechos concretos, cursos políticos y hablando de la dictadura, muertos en relación a una orientación u otra. El debate es muy importante, muy delicado y muy complicado, porque aunque la mayoría aprobó la posición del PRT, aquí también hay una evolución muy particular: la línea del partido, de construir el ERP en Argentina, tiene mucho éxito rápidamente. Entonces se construye muy amplio y durante un periodo muy rápido crece y entra en acción y en enfrentamiento con el ejército argentino. Sucedió entonces, según yo, un fenómeno que es común en estas decisiones de construir un brazo armado, que es que las condiciones políticas para el ingreso al ejército son más flexibles que para estar en el partido. Porque para estar en el ejército hay que estar a favor de la lucha armada, y para estar en el partido hay que estar de acuerdo con las definiciones programáticas y etc. Entonces este núcleo, que es un brazo del partido, crece más rápidamente que el propio partido e implica el ingreso de compañeros que no tienen una formación previa.

Y en este primer periodo, muchos de los compañeros fundadores del ERP son de los primeros en caer; entonces hay un debilitamiento de los cuadros trotskistas dentro del PRT argentino en estos primeros años, y poco a poco va conformándose una nueva generación del partido lidereada por el compañero Mario Roberto Santucho. El prt-erp tiene un desarrollo espectacular, sobre todo en el terreno militar; hay momentos importantes de participación en el “cordobazo”, el “tucumanazo”, que son insurrecciones populares en ciudades de Argentina. Pero deviene cada vez más en una organización básicamente militar y en ese terreno tiene un desarrollo espectacular, incluso superior a la mayoría de los grupos armados que surgen en este periodo en América del Sur como el MIR de Chile, los Tupamaros de Uruguay, el ELN de Bolivia que después de la muerte del Che Guevara, sigue existiendo. Simplemente hay que recordar el momento en que Santucho, su compañera y otros camaradas son aprehendidos y son trasladados a una cárcel en Treleu (se llama ese lugar), muy al sur de Argentina, para la Patagonia, es decir, un lugar aislado completamente, en donde esta cárcel de alta seguridad, como le llaman ahora, donde tenían presos a militantes dirigentes del PRT-ERP, de los montoneros (que es otra organización armada argentina pero que viene del peronismo, no de la izquierda socialista). Entonces el PRT-ERP organiza un operativo para rescatar a Santucho y los compañeros. Lo cuento para dar una idea de los niveles de los que estamos hablando, porque para llegar a este lugar aislado completamente al sur del país, lo hacen en aviones, secuestran aviones para poder llegar a la cárcel, entrar a la misma, rescatar a los presos y llevárselos fuera del país. El primer avión logra salir, pero el segundo ya no logra escapar porque llegan refuerzos del ejército argentino y masacran a sus ocupantes. La compañera de Santucho iba en el segundo avión, pero Santucho y otros compañeros sí logran ser liberados.

Por otro lado los compañeros del PST de Moreno insistían en una visión tradicional de la necesidad de la construcción de un partido obrero, ligado al movimiento sindical, participando en las luchas que ciertamente están ocurriendo también: hay un movimiento obrero sufriendo la represión de la dictadura. Este debate, por lo tanto, se da en toda la IV y tiene que ver con cada hecho y cada acción en que van participando PRT o PST y que van implicando toma de posiciones. Con el tiempo, el PRT-ERP, bajo la dirección de Santucho, se alía para constituir la Junta de Coordinación Revolucionaria del Sur, en una alianza entre el PRT-ERP, el MIR, tupamaros y el ELN, identificados más bien en una orientación hacia la Revolución Cubana. Hay una orientación castrista, guevarista ―el Che Guevara ya está muerto, el ELN no es exactamente lo mismo que en la época del Che.

Esto implica un proceso de alejamiento y finalmente de ruptura del PRT-ERP con la IV, en favor de una orientación identificada con Cuba. Entonces ustedes se imaginan que el debate se hace aún más complicado porque la IV sostiene esta línea que apoya al PRT y al final el PRT se va de la IV, en una competencia político-material que estaba más difícil para la IV, entre la IV y la Revolución Cubana. Pero donde al mismo tiempo el PRT-ERP se va cada vez más en una lógica militarista a pesar del reconocimiento a nivel de combatividad y de heroísmo de todos estos agrupamientos y sus militantes.

En México este asunto empieza a ser debatido, a tener su influencia junto con otros temas. Por ejemplo debates que pueden parecernos un poco lejanos, como el carácter de la revolución china y el curso que va tomando y que tiene definiciones sobre otras corrientes como el maoísmo. Por eso digo que son sobredimensionadas en la organización, al convertirlas en temas de gran polarización dentro de nosotros, convirtiéndonos en expertos en estos debates. En algunos casos van a estimularnos muy fuertemente; en el año 1973 logramos que vinieran camaradas de Argentina de las dos posiciones a tener un debate delante de nosotros, entre ellos, expertos en el debate y expertos combatientes. Ya se imaginarán la polarización interna que esto también alimentó. Aun cuando este debate fue en el GCI; ya había habido la escisión previa que fue en el año 72 que da lugar a la Liga Socialista.

Cuando se toma la decisión de sacar “Bandera roja” parecería que estas decisiones que empezamos a tomar en México están influidas por el debate internacional. Para una minoría del gci le aparece que esta insistencia nuestra en un esfuerzo más audaz en esta alianza con lo que iba a ser “Punto crítico” que después no se logra, el esfuerzo de sacar “Bandera roja” son acciones voluntarista que van en una lógica ultraizquierdista, porque la mayoría del GCI apoya a nivel internacional a la línea guerrillerista, así llamada. No es que el GCI estuviera planteando nada que tenga que ver con hacer una guerrilla o un núcleo armado, sino este esfuerzo de este brinco. Pero la polarización interna lleva a sospechar concesiones izquierdistas en esta lógica que estamos planteando. Para nosotros, los calificados como izquierdistas, a sospechar de una visión conservadora, derechista, de los otros compañeros; temerosa de ir más rápido en la construcción de la organización, privilegiando una concepción de construcción lenta, pausada pero sólida de un aparato partidario.

En este momento la organización está presente en el movimiento estudiantil y está muy activa, pero su estructura partidaria es prácticamente inexistente. Sacamos las publicaciones en escuelas, comités de lucha, tenemos una estructura clandestina pero tampoco tenemos mucho que esconder más que a los propios militantes porque no hay locales, no hay aparato propio, etc. Y la minoría de la organización empieza a plantear la necesidad de esto, que es visto en la otra lógica muy activista, como una lógica aparatista, conservadora, poco audaz. Hay una decisión pequeña en este periodo, yo digo un poco loca, que fue tratar de crear una organización juvenil, un poco copiando la experiencia de la Internacional en otros países. Y es así que comenzamos a impulsar la creación de la JMR, Juventud Marxista Revolucionaria.

Y digo que es un poco loca porque los del GCI éramos mayoritariamente jóvenes, y por más que tratábamos de brincar la barda universitaria, dejar de ser estudiantes, estábamos condenados por esa realidad, a excepción de Manuel que era el más viejo pero de todas maneras igual no salía de la universidad. Entonces crear una estructura paralela para los jóvenes era forzado. Claro, eso empezó a desarrollarse sobre todo en los CCHs, como crear una estructura previa en relación al GCI; pero el hecho es que la creación de la Juventud sirvió también para sacar otro periodiquito, más pequeño pero muy simpático, que fue el “Virus rojo”.

Esto sirvió también como un refugio para la posición minoritaria, que después se escindió, a finales de 1972, identificándose en ese momento como JMR-I (independiente), para constituirse finalmente como Liga Socialista, encabezada por camaradas de los iniciadores del propio GCI como Jaime González, Cristina Rivas, Omar Sánchez, Frances Jaime, Efraín Calvo y Ricardo Hernández, de quien ya les he hablado. Varios de los cuadros dirigentes de la Liga Socialista van a pasar experiencia militante, en la lógica de intercambios, con compañeros del SWP, viviendo directamente en Estados Unidos y aprendiendo de ellos; y otros, tener la experiencia con el PST argentino en intercambio de cuadros, lo cual es normal, y luego la llegada poco a poco de cuadros argentinos a México para apoyar los dos esfuerzos que se están haciendo en forma paralela, o sea repetir la apuesta en otros países porque México no es el único caso donde empieza a haber esta polarización y luego rupturas o expulsiones. Por ejemplo, por el año de 73 o 75, no recuerdo bien, compañeros como Peter Gellert o Dany ¿????? son expulsados del SWP por sostener las posiciones de la mayoría, y finalmente recalan en México en la organización, digamos refugiados políticos de este debate, y luego para quedarse ya como mexicanos.

La escisión se da, el GCI mantiene la publicación de “Bandera roja”, la Liga Socialista empieza la publicación de “El socialista”, que es un bonito nombre de tradición socialista mexicano. Ustedes saben que el primer núcleo definido socialista en nuestro país es del siglo XIX con un compañero que si mal no recuerdo se llama Julio Mata, del rumbo de Chalco, que saca un periódico que se llama “El socialista”, que fue el primer periódico socialista en nuestro país y que parece que publicó incluso algunos documentos y resoluciones de la I Internacional. Entonces los compañeros de la LS toman esta referencia.

De tal manera que 73, 74 y 75 vamos a encontrar esta división en dos corrientes en México identificadas ambas con la IV: el GCI y la LS, en una polarización muy grande que no permite que haya unidad ni acciones conjuntas de ambas organizaciones, sino más bien una rivalidad permanente durante estos años, en donde cada quien está haciendo la prueba, la experiencia, del proyecto que piensa para el país y el movimiento. La sobredimensión del debate internacional tiene consecuencias en ambos agrupamientos porque a la larga produce, en ambos núcleos, en el GCI y la LS, nuevas rupturas y escisiones de nuevo producto de esta polarización internacional. Y esto se complica hacia el X Congreso de la IV, donde hay un balance sobre el asunto de la lucha armada, que era necesario para evitar continuar con esta polarización dentro de la Internacional, y para reconocer en todo caso los errores que estaban planteados en la orientación del IX Congreso por los camaradas que, sin haberse ido de la IV, como la Tendencia Mayoritaria Internacional (TMI), los compañeros del SWP y PST construyen la Fracción Leninista Trotskista (FLT) y la corriente mayoritaria, representada por Mandel, fue la TMI.

El punto que es el sustrato de esta orientación por parte del GCI tiene que ver con una idea que es motivo también de polémica, pero explicada por Mandel, que es el surgimiento de lo que se llamaba “una nueva vanguardia”. Para los compañeros del FLT, la idea de la nueva vanguardia es la semilla que desarrolla una visión vanguardista, ultraizquierdista, de dirigirse, dirían los morenistas del PST, a sectores pequeñoburgueses, en vez de dirigirse a la clase obrera. Pero tiene que ver con una lectura distinta que viene desde los 40s y los 50s en el trotskismo que no me extenderé sobre ella, pero voy a permitirme una breve digresión para tratar de entenderlo porque creo que explica también mucho de las divergencias en el trotskismo latinoamericano e internacional.

Cuando Trotsky funda la IV Internacional en septiembre del 38, el manifiesto de fundación es un documento básico muy importante que es el Programa de Transición. Este programa, además de que explica el llamado método de transición para llevar una línea política al movimiento, tomando en cuenta el nivel de conciencia de las masas actual y proponiendo consignas que no son ni las del programa máximo ni las del programa mínimo, sino de un programa de transición que ligue el conciencia actual con la perspectiva histórica de lucha. Pero además del método de transición que está presente en el programa, hay dos o tres tesis que son muy importantes y que tienen mucha repercusión para esto que quiero decir.

La primera dice “la crisis de la humanidad es la crisis de la dirección del proletariado”. Él dice ahí que las condiciones objetivas para la revolución no solamente están maduras, sino se están pudriendo. Recuerden que es la víspera de la Segunda Guerra Mundial y él lo está viendo. Trotsky dice que el mundo se está cayendo, que no hay más salida que el socialismo. Lo que falta es la dirección del proletariado, las condiciones subjetivas, porque es el momento en donde imperan, por un lado el fascismo y por el otro el estalinismo. Y sobre todo con el estalinismo, que aplasta la posibilidad de una nueva dirección, aunque las condiciones objetivas para la revolución están planteadas. Pero como lo que está en juego ya no es solamente la suerte del proletariado, sino de la humanidad toda, por el riesgo de una catástrofe mundial que el capitalismo siempre pone, dice Trotsky “la crisis de la humanidad se reduce a la crisis de la dirección del proletariado”. Si no se resuelve esto, se puede llevar entre las patas no sólo al proletariado sino a la humanidad toda porque el capitalismo nos va a llevar a la locura, a la nueva guerra mundial. Entonces conclusión: la tarea principal de nosotros es la construcción del partido.

Segundo, dice que el estalinismo se ha convertido no solamente en una casta burocrática conservadora, sino en una fuerza contrarrevolucionaria, que impide la revolución. Y esto lo dice él porque el periodo anterior, de finales de los 20 y 30s, la lucha que ha encabezado es una lucha de oposición de izquierda, para reformar a la Internacional Comunista; surge como una corriente de oposición frente al ascenso que va habiendo del estalinismo y trata de impedirlo, de regresar al bolchevismo. Después del 33, cuando hay el pacto Hitler-Stalin, Trotsky dice “ya no se puede reformar el partido, eso se pudrió, el estalinismo se ha convertido en una fuerza contrarrevolucionaria, ya no hay nada que hacer allí, hay que construir una nueva Internacional y un nuevo partido”.

Pero obviamente este paso de abandonar la lucha dentro de un partido para construir uno nuevo, ustedes van a ver en la historia cómo esto se repite, de compañeros que les cuesta mucho trabajo salirse de un partido que construyeron, que lo consideran su partido, “nosotros lo construimos, es nuestro, nos lo quitaron, lo convirtieron en lo opuesto, cómo es que nos vamos a otro partido”, entonces Trotsky no puede convencer rápidamente a sus compañeros de salirse; ellos dicen “si ellos están diciendo que somos una corriente distinta, hay que seguir dando la lucha adentro”. Por eso Trotsky piensa construir la IV no solamente con los trotskistas, sino con la confluencia de otras fuerzas revolucionaria, pero esas otras fuerzas se resisten y a la larga no entran a la IV y desaparecen.

Isaac Deutscher escribe la trilogía de Trotsky, El profeta armado, El profeta desarmado y El profeta desterrado, una biografía muy importante sobre su vida. Deutscher mismo piensa que no es el momento de construir la IV; piensa que todas las Internacionales se han construido en momentos de ascenso, y que el momento que se está viviendo en los 30s es de reflujo, es el momento que Víctor Serge llama “la noche más oscura del siglo” porque confluyen el fascismo y el estalinismo al mismo tiempo. Detuscher dice “construirla en este momento es una locura, hay que esperar al nuevo ascenso de la revolución” y le sugiere a Trotsky que no empeñe sus esfuerzos en la construcción de una nueva organización y que lo que debería hacer, aprovechando su asilo en México es escribir para la posteridad, para las siguientes generaciones, para explicar lo que está p asando y dedicarse a una labor intelectual para que las futuras generaciones entiendan cómo se desvió la historia revolucionaria y lo puedan aprovechar. Y no perder el tiempo en reuniones, en organización, en estar hablando con chavos de la nueva generación que son expertos en luchas tendenciales y fraccionales y en hacer riñas por todos.

Pero Trotsk dice “ésta es la tarea más importante de mi vida, construir la IV Internacional. Más importante que haber sido dirigente de la primera revolución proletaria en Rusia, la de 1905, donde se crearon los primeros soviets; más importante que haber sido el presidente del primer soviet de la historia, en Petrogrado; más importante que haber apoyado a Lenin en las Tesis de Abril, cuando regresa a Rusia, en el debate con los viejos bolcheviques que se oponen a la nueva línea que Lenin está planteando al empezar la revolución (cuando cae el zar, después de la revolución de febrero, los bolcheviques piensan que viene la revolución democrática, pero Lenin está desesperado en Suiza y manda las cartas y luego las Tesis de Abril diciendo “todo el poder a los soviets, debe ser la revolución socialista”, y los viejos bolcheviques dicen “Lenin ya enloqueció, se está haciendo trotskista, retomando las viejas ideas de la revolución permanente”; regresan ambos del exilio, uno estaba en Suiza y el otro en Estados Unidos, Trotsky entra al partido bolchevique y apoya a Lenin en su debate con los viejos bolcheviques, Lenin pierde en el comité central y furioso reclama un congreso del partido y en plena revolución hay un congreso para debatir lo que está proponiendo Lenin, que aparece como un cambio de línea; en el congreso Lenin gana y plantean todo el poder a los soviets y encargan a Trotsky formar el comité militar revolucionario para preparar la insurrección) y haber sido el encargado del comité militar revolucionario; más importante que la toma del Palacio de Invierno; más importante que haber sido el encargado de Relaciones Exteriores después de la revolución de octubre, para negociar la Paz de Brest-Litovsk; después de esa paz, 15 países imperialistas invaden la Unión Soviética para aplastar la revolución, con 15 ejércitos al mismo tiempo, y lo nombran para construir al Ejército Rojo para defender a la URSS de la agresión imperialista; pues dice Trotsky que más importante que haber formado al Ejército Rojo; más importante que haber derrotado a los ejércitos blancos y la contrarrevolución en esa invasión; más importante que la formación de la Internacional Comunista; porque cualquiera de esas tareas, si yo no he estado, otro las hubiera hecho, o Lenin las hubiera hecho, pero para los años 30s, que Stalin está matando a toda la generación bolchevique de 1917, y que Lenin ya no está, Trotsky dice “la tarea más importante de mi vida es la construcción de la IV Internacional”.

Y perder el tiempo, como dice Deutscher, en discusiones con Luciano Galicia, con los camaradas americanos, con los nuevos jóvenes, porque está discutiendo y explicando con otra generación. Deutscher refleja este punto de vista en el último tomo y dice “Trotsky está como loco, teniendo discusiones como con fantasmas, en el jardín de Coyoacán, mientras cuida a los conejos y las gallinas habla solo, porque todos los compañeros de su generación están muertos, no hay nadie de su nivel con quién debatir, porque lo único que tiene es un grupo de chavos que aprenden de él y le meten broncas y problemas organizativos”.

Entonces en el Programa de Transición, Trotsky dice “algunos son escépticos (los escépticos no sirven para nada) dicen ‘no es el momento de construir todavía la IV Internacional’, pero se equivocan, la IV vive y lucha ya, y agrupa hoy bajo sus banderas a los únicos revolucionarios del mundo”; septiembre de 1938, fundación de la IV. Trotsky es asesinado en 1940, en agosto.

Segunda tesis. Trotsky dice “viene una nueva guerra mundial, un nuevo reparto del mundo; y en el marco de esa guerra surgirá un nuevo ascenso de la revolución mundial, y en ese nuevo ascenso, la estructura contrarrevolucionaria traidora de la Internacional Comunista estalinizada va a desaparecer, y una nueva generación surgirá y nuevas revoluciones habrá; y ahí la IV Internacional se convertirá en la nueva Internacional revolucionaria de masas, igual que sucedió con la Primera Guerra Mundial”. La división, en la II Internacional, se da en 1914 cuando la mayoría socialdemócrata apoya la guerra, los bolcheviques y los internacionalistas en general se oponen a la guerra, en 17 estalla la Revolución Rusa y detrás de esa revolución hay un ascenso revolucionario en todo el mundo y surge la III Internacional como una Internacional de masas, con el impacto de la Revolución Rusa y dirigida por el partido bolchevique. Trotsky hace el pronóstico: “ahora va a haber una segunda guerra y después va a desaparecer la Internacional Comunista como desapareció la socialdemócrata en la primera y la IV surgirá como una Internacional revolucionaria de masas”.

En agosto de 1940 lo asesinan, en los siguientes años estalla la guerra mundial, termina la guerra y el pronóstico de Trotsky aparece como ¿qué onda? En el 51 se reúne otra vez la IV, lo que quedó después de la guerra mundial porque en el ínter muchos cuadros son asesinados por el estalinismo y el fascismo, dependiendo del país y del momento; algunos cambiando de carceleros solamente, de uno a otro, y queda un grupo reducido de camaradas que tienen enfrente el reto de explicar que pasó. Y tener aquí el pronóstico de Trotsky y la realidad, una realidad donde la Unión Soviética aparece a los ojos de la humanidad como la potencia que derrota al fascismo. Esto es antes de las películas de Hollywood, porque en éstas siempre ponen a los Estados Unidos, pero el que toma Berlín es el Ejército Rojo de la Unión Soviética, como lo muestra la foto histórica donde están soldados soviéticos poniendo la bandera roja en el Reichstag, en Berlín. Y los aliados, por más que vienen destruyendo todo desde Normandía, en donde Estados Unidos entra a la guerra al final para equilibrar la balanza a favor de las potencias imperialistas para que no se lleve este mérito sólo la Unión Soviética, no alcanzan a llegar a Berlín antes que los soviéticos, que vienen liberando todos los países de la Europa Oriental del yugo fascista.

La Unión Soviética aparece como el triunfador contra el fascismo, a pesar de que en el ínter Stalin masacró incluso al Estado Mayor del Ejército Rojo, lo entregó a los alemanes en el caso de Polonia, hizo cuanto pudo para ser derrotado, pero las fuerzas del pueblo soviético finalmente resistieron y revirtieron el avance fascista alemán al final de la guerra. Pero no sólo eso, sino en efecto, al final de la guerra hay, como dijo Trotsky, un nuevo ascenso revolucionario y en China triunfa la revolución en 1949, pero resulta que es una revolución dirigida por el PartidoComunista Chino de Mao Tse Tung, y en donde los camaradas fundadores del Partido Comunista y de la oposición de izquierda, militantes de la IV Internacional como ¿?????????, que están presos en las cárceles del Kuomingtang de Chan Kai Sheck, cuando triunfa la revolución salen de la cárcel y cuando se instala el Partido Comunista Chino regresan a la cárcel metidos ahora por los estalinistas del PC chino.

Es el caso del otro pronóstico, que dice Trotsky, “la Internacional Comunista de Stalin va a desaparecer”. En efecto, al terminar la guerra mundial Stalin disuelve la Internacional Comunista, dice que ya no es necesaria y la disuelve. Los partidos comunistas van a seguir existiendo, pero en una lógica nacionalista, que al final va a acabar pudriéndolos. Es el caso de México; se llamaba Partido Comunista de México; a partir de estos cambios, se llaman Partido Comunista Mexicano, así como Francés, Italiano, Chileno, etc., como si fueran formaciones nacionales.

Entonces en los Acuerdos de Yalta entre Churchill, Roosevelt y Stalin, se reparten el mundo entre las potencias occidentales imperialistas y la Unión Soviética estalinista. Este reparto geopolítico no toma en cuenta el desarrollo de la revolución en los diferentes países. En países como Francia, Italia y Grecia, por ejemplo, la resistencia contra el fascismo ha sido encabezada por el Partido Comunista; es una resistencia, por lo tanto, de izquierda, que va en un curso revolucionario, pero en el Acuerdo de Yalta se decide dividir a Alemania derrotada en dos partes y entregar Europa occidental a las potencias imperialistas, y Europa oriental a la Unión Soviética, independientemente de su desarrollo revolucionario. En Checoslovaquia, Rumania, Polonia, Bulgaria, no había partido comunista fuerte ni resistencia revolucionaria, pero quedan dentro del área de la URSS. En Italia, Francia y Grecia, el Partido Comunista es el que está a la cabeza y la orden de Stalin es “entreguen el poder a los otros”. Regresa de Gaulle, entran los americanos por Italia y por Grecia. En “Novecento” de Bertolucci, pueden ver la imagen de los guerrilleros italianos del Partido Comunista entregando las armas a la llegada de los gringos, y los franceses a de Gaulle. El Partido Comunista Griego se divide en dos, sobre obedecer o no obedecer el acuerdo de Stalin. El de Yugoslavia, dirigido por Tito es el único que se rebela, y aunque Yugoslavia había quedado del lado del imperialismo, él continúa el proceso y conduce una revolución triunfante, en contra de la voluntad de Stalin. Y al revés, en los otros países, lo que entra es el Ejército Rojo soviético a tomar el control, que implica un trauma histórico para esos países, que son liberados de los nazis y a cambio los ocupan los soviéticos. Y hay una contradicción porque ¿qué puede hacer Stalin con esos países que escapan del control del capitalismo? Tiene que extender la economía socializada a ellos, porque no puede simplemente permitir la continuación del capitalismo. Entonces se da un fenómeno peculiar donde el capitalismo es hecho a un lado en estos países sin que haya realmente una revolución.

Y al mismo tiempo hay revoluciones triunfantes en Yugoslavia y China, pero dirigidas en ambos casos por el Partido Comunista. Y por el impacto y la imagen que genera la URSS en esta guerra, los partidos comunistas en varios países del mundo se convierten en partidos de masas, porque la imagen que da es que la URSS derrotó al fascismo, a pesar de que está traicionando a la revolución en países como Francia, Grecia e Italia. Entonces cuando los camaradas de la IV se reúnen en el 51 dicen ¿qué pasó? Trotsky dijo que iba a haber guerra mundial, que iba a haber un nuevo ascenso después de la guerra, pero decía que el Partido Comunista era estalinista, contrarrevolucionario y que la Internacional Comunista se acababa y salen partidos comunistas de masas.

Entonces la nueva dirección que surge en la IV después de la muerte de Trotsky, encabezada entre otros compañeros, por Michael Pablo, pero donde ya están Mandel, ¿???? y por el lado del SWP Joe Hansen, tienen el reto de explicar qué fregados ocurrió. La corriente de Pabllo explica que, en efecto, en China hubo una revolución. Parece un poco loco discutirlo y sobre todo en esa época a la mejor. Ahora con la restauración del capitalismo en China nuevamente adquiere eso importancia. Pero en ese momento decir “sí, sí hay una revolución dirigida por el Partido Comunista Chino”. Porque en la práctica, dice la IV, los chinos rompieron con la orientación de Stalin por una serie de razones históricas, que tiene que ver con las consecuencias de la línea seguida en los 20s, cuando Stalin dijo “alianza con el Kuomingtang” y metieron al Partido Comunista Chino dentro del Kuomingtang, que es el partido nacionalista de Chiang Kai Sheck, y una vez que lo hicieron y que empezaron huelgas, hubo la masacre de Shangai y el Partido Comunista Chino tuvo que replegarse en lo que Mao llamó la Larga Marcha hacia el campo para refugiarse, rehacerse y luego retomar la ofensiva en el marco de la lucha contra la ocupación japonesa. De manera que durante un periodo el Partido Comunista Chino queda más o menos aislado del control del PCUS. Y en el ascenso de la derrota japonesa y que tiene que ver también con la decisión de Estados Unidos de entrar en el último momento a la guerra mundial para equilibrar la relación de fuerzas entre los nuevos aliados vencedores y escoge precisamente ¿????? en el Pacífico, en la guerra contra Japón e incluso en la derrota de Japón, forzar esa derrota como triunfo para ellos arrojando las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaky para acabar de un golpe toda la resistencia japonesa y poder evitar la llegada de los soviéticos a Berlín a llevarse este mérito, incluso iniciando la ocupación de Asia, que estaba ocupada por Japón, entrando a Corea y China.

Entonces el Partido Comunista Chino de Mao, antes de que esto suceda, en vez de mantener la alianza con la burguesía nacionalista del Kuomingtang avanza a tomar el control, el poder ellos mismos. Entonces la IV dice que en la práctica rompe con la teoría de la revolución por etapas de Stalin, aunque en el terreno programático e ideológico siguen reivindicando a Stalin y hasta la ruptura con Jrushov. Pero todo ese tiempo siguen reivindicando a Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao, como la línea del partido. Pero la conclusión es ahí hay una revolución.

Segundo, en el caso de Yugoslavia, dicen “sí, Tito es un cuate que viene de la Internacional Comunista, pero no aceptó los acuerdos de Stalin y condujo una revolución. Y es una revolución que está atacada; hay que apoyarla. Tercero: los partidos comunistas se convirtieron en partidos de masas en los países de Europa occidental sobre todo, producto de esta situación y de esta confusión que ha habido sobre el papel de la Unión Soviética y el estalinismo en el curso de la guerra. Pero esto de todas maneras se va a convertir tarde o temprano en la crisis que había previsto Trotsky sobre el desarrollo del estalinismo.

Al decir esto en el congreso, los camaradas de la minoría dicen “algo está aquí mal, porque lo que tú estás planteando es una revisión del pensamiento de Trotsky. Trotsky lo dijo, está escrito, dice ‘el estalinismo es contrarrevolucionario’ y tú estás diciendo que dirigió una revolución en China y en Yugoslavia”. “Trotsky dijo que hoy los únicos revolucionarios se agrupan en la IV Internacional y tú me estás diciendo que hay otros revolucionarios por fuera de la IV. Estás revisando lo que dijo Trotsky; estás contra lo que dijo Trotsky; no te atreves a decir que Trotsky se equivocó pero lo estás revisando”. Empieza esta sospecha y un debate sobre este balance, que es un balance muy complicado por lo que pronosticó Trotsky en el 38 y lo que ocurre después. Incluso ellos mismos no pueden explicarlo tampoco, porque Trotsky dijo que con la guerra íbamos a convertirnos en Internacional de masas y no lo somos, y al contrario, el Partido Comunista está creciendo a hacerse de masas.

Y conclusión: Michel Pablo dice “no sólo eso. No debemos aceptar quedarnos como un grupo ausente del movimiento de masas. Necesitamos educar a la nueva generación de la IV en el trabajo de masas y no quedarnos al margen; entonces propongo hacer entrismo en los partidos comunistas, que es donde están las masas y formar una corriente dentro”. Entonces los compañeros de la minoría dicen “está clarito; estás revisando a Trotsky. Dices que Mao hizo una revolución y Mao tiene en la cárcel a nuestros camaradas. Dijiste que Tito está haciendo una revolución. Dijo Trotsky que solamente en la IV hay revolucionarios y estás diciendo que hay otros que están haciendo revoluciones y no están en la IV y que están en contra de la IV incluso. Por lo tanto estás haciendo concesiones al estalinismo”.

Porque muchas de las luchas de Trotsky en los últimos años, antes de su muerte, eran de defensa del programa, de defensa de las ideas, porque había compañeros que tenían dudas. “En defensa del marxismo”, por ejemplo, es un texto muy bueno contra unos compañeros americanos que eran ¿???????? que polemizaban con él diciendo que la Unión Soviética ya no era un estado obrero, sino un estado burgués. Trotsky, en efecto, le da mucha importancia a la defensa de los principios. Entonces los compañeros dicen “tú estás revisando los principios y estás cediendo a la presión y las posiciones del estalinismo; dándole cobertura de izquierda. Y peor todavía, lo que estás proponiéndonos es entrar al Partido Comunista; es la capitulación al estalinismo”. Claro, Michel Pablo no plantea disolver la IV dentro del Partido Comunista. Lo que propone es una técnica muy complicada llamada “el entrismo” que era una táctica que sí había sido promovida por el propio Trotsky, pero en partidos socialdemócratas, antes del ascenso del estalinismo, porque los partidos socialdemócratas son totalmente laxos en donde se tolera la existencia de tendencias y de corrientes. Pero los partidos comunistas son totalmente monolíticos, en donde están expulsando y depurando permanentemente para mantener solamente a los fieles y disciplinados; y a todo aquel que es crítico es eliminado y acusado de trotskista.

Entonces este debate lleva a la escisión en el año de 53. Los compañeros que están en contra de la línea mayoritaria representada por Pablo son el compañero Healy de Inglaterra, ¿???? de Francia, el SWP de Estados Unidos. Esa escisión dura del 53 al 63. La dirección de esta corriente es el Comité Internacional; y la dirección de la otra corriente, donde está Mandel, Pablo, etc., es el Secretariado Internacional. En el año 59 triunfa la Revolución Cubana y de ambos lados se desarrolla una actitud de solidaridad. Esto parece muy obvio pero no lo es tanto si se toma en cuenta este debate previo y de nuevo una lectura dogmática del Programa de Transición, porque de nuevo, la Revolución Cubana no es dirigida por la IV Internacional y sí es una revolución.

Cuando Trotsky dijo eso era cierto porque la absoluta mayoría estaba con el estalinismo, y él hizo un esfuerzo denodado por jalarse a otras corrientes que no eran estalinistas pero tampoco trotskistas para fundar la IV. No tuvo éxito y esos cuates se quedaron al margen y desaparecieron. Entonces cuando funda la IV, ya nada más quedó la IV y el estalinismo. Los únicos revolucionarios eran la IV. Pero eso fue en el 38. Después de la guerra mundial la situación es distinta y surgen corrientes revolucionarias frente al problema del poder. No quiere decir que son corrientes trotskistas que asumen el conjunto del programa de la IV, pero frente al problema del poder sí se conducen en una forma revolucionaria, aunque no coinciden con nosotros en otros temas como lo de la revolución política en la Unión Soviética, o el feminismo, o el ecosocialismo. No es que revisemos a Trotsky, sino que hay cambios en la realidad, en la que surgen corrientes revolucionarias.

Este enfoque común entre el Comité Internacional y del Secretariado Internacional en relación a la Revolución Cubana lleva en el 63 a un congreso de unificación, que da lugar al Secretariado Unificado. Pero de ambos lados hay compañeros que no llegan al SU. Del lado del Comité Internacional, Healy y Lambert no llegan a la unificación. Healy considera que Fidel Castro es un bonapartista y que es igual que Batista, que no hay un cambio cualitativo; es la locura, es la visión dogmática de decir que ahí no hay revolución, y el sectarismo al extremo. Igual Lambert, que sobrevaloran los textos en contra de la realidad; los toman como Biblia, como la verdad, y no como elementos que tienen que ser sometidos a la realidad.

Vuelvo al 72, 73, 74 en México, donde hay esta polarización entre el GCI y la Liga Socialista. Dentro de la IV, la TMI y la FLT en algunos puntos regresan a esta discusión porque Mandel plantea que después del 68 ha surgido una nueva vanguardia que, como en el caso de la Revolución Cubana, no tiene su origen en el estalinismo, al contrario el partido comunista estalinista en Cuba, que no se llamaba así, se llamaba Partido Socialista Popular, está en contra del Movimiento 26 de Julio; está aliado a Batista, por la política de Frente Popular, y condena al Movimiento 26 de Julio por estar haciendo acciones aventureras, con la guerrilla y tal. Con el proceso de radicalización de la revolución, en el 61 cuando Fidel dice, frente al bloqueo y las acciones del imperialismo, “sí, ésta es una revolución socialista”. Convocan a la creación del Partido Comunista de Cuba, pero no es el partido comunista estalinista; es un nuevo partido creado a partir del Movimiento 26 de Julio. Algunos estalinistas entran al nuevo partido comunista y algunos se van a distinguir por las campañas que Fidel empezará contra la burocracia, que encabezan Aníbal Escalante y otros como Blas Roca, que vienen del viejo psp. Entonces Mandel dice, después del 68, que hay una nueva generación que no solamente rompió con el estalinismo, sino que surge sin vínculos con el estalinismo, impactados por la Revolución Cubana, impactados por el guevarismo. Entonces la IV tiene que vincularse siempre, no puede darse el lujo de mantenerse como una corriente doctrinaria, sectaria, sino hacer siempre el esfuerzo de vincularse con el movimiento de masas y por lo tanto con estas nuevas vanguardias que están surgiendo.

Es lo que los camaradas de la FLT llaman concesiones al guevarismo, a la ultraizquierda, a corrientes pequeñoburguesas, no proletarias que están de moda: “Ojo, porque al tratar de vincularte empiezas a hacerles concesiones como lo hiciste con Santucho en el caso del PRT y la operación te salió mal porque éstos salieron castristas y te mandaron por un tubo cuando lo consideraron necesario.” Entonces el esfuerzo del GCI de vincularse a la nueva vanguardia surgida después del 68. No construirse como un grupo propagandista, decimos, que va agitando su periódico con su programa diciendo “aquí está la verdad”, como se llamaba el periódico de Moreno en Argentina, que es el nombre también de “Pravda”.

Esto lleva, en diciembre del 74 ―que el GCI tiene su primer congreso en forma― a que surja una tendencia que queda en minoría... Como decía Mandel, en un debate de tendencias sería un error decir que alguien está cien por ciento equivocado y cien por ciento en lo correcto. En un debate de tendencias, una acusa a otra de algo que tiene que ver con la verdad, nada más que en la lucha tú lo extrapolas, lo exageras, pero sí hay algo equivocado. En el caso del GCI, somos acusados por los compañeros de la Liga Socialista de aventureros, de ultraizquierdistas, vanguardistas, etc. En general no es cierto, pero sí es cierto que dentro del GCI hay embriones de una posición ultra y que es la que se expresa en el congreso del GCI por medio de la tendencia que se llama “Combate”, encabezada por Jorge del Valle alias Ramiro, Ignacio Osorio. Ramiro había salido de Psicología y se había ido a estudiar a Francia, donde estuvo militando en la LSR francesa y llegó muy influido por los debates de la IV sobre América Latina, porque muchas posiciones de la IV en relación a América Latina fueron desarrolladas por los camaradas franceses. Entonces Ramiro se convierte muy rápidamente en uno de los principales dirigentes del GCI y quería llevarlo a sus últimas consecuencias en relación al apoyo que dábamos a la TMI. Pero paradójicamente, antes del congreso de 74, él y Osorio se fueron de la organización y dejaron sin cabeza a la tendencia “Combate”, que de todas maneras llegaron al congreso a dar la pelea con otros compañeros que ellos habían jalado como Sergio Rodríguez alias Jacobo, El Negro Octavio Rocha, Braulio, Guayo, Lucinda para plantear llevar a la organización hacia los grupos de lucha armada.

Pero la mayoría de la dirección del GCI, encabezada por Peralta, Castillo, Manuel Aguilar, yo mismo y otros, planteamos que sí hay que ligarnos con los nuevos movimientos, pero no hacer concesiones a visiones militaristas o guerrilleristas. Entonces en el mes de mayo de 75, la tendencia “Combate” se sale del GCI y forma un grupo que se llama “Rojo”, que es copia del periódico de los franceses, que se llama “Rouge”. Por eso digo que la crítica que nos hace la Liga Socialista de izquierdistas, que en general no es justa, sí tiene dentro del GCI cierta expresión, que es la tendencia “Combate” en su momento.

Por el lado de la Liga Socialista, a nivel internacional está la fracción que es la del PST argentino y el SWP, unidos en el debate con la TMI. Pero ambas organizaciones tienen sus propias experiencias y enfoques distintos que aparecen cada vez más hasta que hay una ruptura entre ellas, que se expresa en México en la Liga Socialista, entre los que simpatizan con las posiciones del SWP o con el PST.

Ocurre el surgimiento, después del 71, de luchas campesinas, sindicales y populares. Entonces una parte de la dirección de la Liga Socialista plantea la importancia de meterse en las nuevas experiencias del movimiento obrero. Es un eco del discurso del PST argentino. Esas luchas empiezan a darse en ese tiempo especialmente en Naucalpan. No son luchas obreras todavía en los sindicatos mayoritarios, sino se trata de algunas fábricas. Estos compañeros, encabezados por Ricardo Hernández, Mariano Elías, Telésforo Nava, son los que conforman la llamada Tendencia Militante. Y por el otro lado los camaradas que plantean la prioridad de construir un aparato partidario, como tener local, por ejemplo. Estos últimos se constituyen en la Fracción Bolchevique Leninista (FBL) encabezados por Cristina Rivas, Jaime González, Omar, Horacio Romo, Efraín Calvo. Ellos insistirán en la construcción de aparato partidario y en una famosa polémica, Cristina Rivas, que fue una compañera muy importante en este periodo, capaz, preparada, dinámica y polemista muy buena, dijo el exabrupto de que era una jalada eso de estar en esas pinches huelguitas en las que andan los compañeros, refiriéndose a las huelgas de Naucalpan. Esto lleva a una polarización muy grande entre las dos fracciones, entre la “militantista” y la “aparatista”, pero que refleja también la división a nivel internacional entre el SWP y el PST argentino.

Para ese tiempo ya hay enviados del PST argentino en México, apoyando a la Tendencia Militante. Los compañeros, como ya había dicho, han mandado cuadros a Estados Unidos y a Argentina, a aprender de las experiencias de ambos partidos. Casualmente algunos de los que fueron a Argentina y regresaron con las posiciones del SWP como Efraín Calvo y luego llegaron argentinos como El Greco, a hacer toda una operación fraccional. Y otros, como Eduardo ¿?????, que se quedó aquí y que es un conocido intelectual ahora argentino-mexicano en la UACM y que está combinada con el exilio de muchos sudamericanos que llegan a México, huyendo de Argentina, Chile, Uruguay, etc. Pero el caso de este debate tiene que ver con una concepción morenista parecida a la de los posadistas argentinos, de construir cuadros que mandan a otros países de América Latina para construir organizaciones afines a su corriente, como Adolfo Gilly y Almeira.

Casi al mismo tiempo del surgimiento de “Rojo”, en 75, se da la escisión de la Liga Socialista, en la Tendencia Militante, que sigue publicando “El socialista”, y la Fracción Bolchevique Leninista, que publica “Clave”, retomando el periódico de los años 30s de la época en que estuvo Trotsky, con ese nombre.

A principios del 76 empieza el debate sobre las elecciones presidenciales en México. Esas elecciones marcan el punto más alto del desprestigio del sistema político electoral mexicano. Como ya mencioné, la campaña presidencial de Luis Echeverría de 1970, se confrontó con la campaña por la libertad de los presos del 68 y la denuncia de los crímenes de ese movimiento. Pero nadie tenía la idea de expresar ninguna forma de participación electoral; era comúnmente aceptado por toda la izquierda la consigna de no votar, porque no había alternativa ninguna, a pesar de la “apertura democrática” de Echeverría, ya que no fue más que otro discurso demagógico e hipócrita; porque tal “apertura democrática” no existió en realidad; el 10 de junio, con respecto al derecho de manifestación, lo prueba. Como candil de la calle, Echeverría da asilo a todos los perseguidos chilenos y argentinos que vienen huyendo de las dictaduras militares de aquellos países, mientras en México aplica las mismas prácticas de desaparición forzada de personas que llevan a cabo los dictadores sudamericanos.

Entonces para el 76 el sistema político electoral llega a una crisis decisiva, porque para ese momento existen solamente cuatro partidos reconocidos: el PRI, el PAN, el PPS y el PARM. Este último es una escisión del priísmo, supuestamente formado por antiguos generales de la revolución, pero es un partido afín al PRI. Y el PAN, formado durante el cardenismo, con un programa de derecha, pero con un discurso que pone énfasis en los derechos democráticos, ya que en México había prácticamente un sistema de partido único, totalitario, muy parecido al de la Unión Soviética, donde no sólo el presidente de la República era del PRI, sino todos los gobernadores eran del PRI, todos los presidentes municipales eran del PRI, todos los diputados eran del PRI, todos los senadores, a excepción de una reforma que hay en la época de López Mateos, son del PRI, la Suprema Corte de Justicia estaba bajo el control del PRI. El ejército era parte del PRI en la época del cardenismo; después salió del PRI, pero éste era, como con Musolini o con Stalin, un partido de sectores, que tenía al sector obrero con la CTM, el sector campesino con la CNC, el sector popular con la CNOP y el sector militar con el ejército; o sea que el ejército era una institución estatal convertida en parte del partido; para esa época ya no es parte formal del partido, pero está bajo su control político e ideológico.

Entonces no hay resquicio democrático. Está la experiencia del año 75, 76, de la purga de Scherer en “Excélsior” y en general está el control de todos los medios de comunicación, prensa escrita y obviamente los medios electrónicos. Y en ese marco, a pesar de toda esta situación, el país está efervesciendo por dentro, no sólo reflejadas en luchas sindicales, campesinas y populares, sino el surgimiento de grupos armados que empiezan guerras de guerrillas en diversas partes del país. Eso hace crisis en el año 76: el PRI postula a José López Portillo; el PARM, como siempre hacía, apoya al PRI; el PPS, como dije antes ya, siempre descubría que el candidato del PRI era progresista; y el PAN, dividido internamente, no saca acuerdo y no postula a nadie. Por primera vez en la historia la campaña presidencial tiene un solo candidato registrado, José López Portillo, y sin embargo hay gira por todo el país, prometiendo, discutiendo, polemizando con fantasmas porque no hay con quién polemizar. Y llega a la votación para demostrar que se tuvieron más votos que seis años antes y que el apoyo del PRI crece. Es el punto más alto de la crisis del sistema electoral porque en el marco institucional legal no hay oposición.

Entonces los compañeros del Partido Comunista Mexicano plantearon una táctica interesante, aprovechando la salida de la cárcel de Valentín Campa, líder ferrocarrilero de la huelga 58-59, y lo proponen como candidato a la presidencia para las elecciones del 76, pero sin registro y como de toda la izquierda mexicana. Pero el grueso de esa izquierda estamos emborrachados con la idea abstencionista, y viniendo del Partido Comunista, la propuesta parece reformista, cuando en realidad el punto es más complicado, pues se trata de retar la crisis del sistema político electoral en un momento en que, parecido a lo que hoy pasa en México cuando se dice que la izquierda está representada por el PRD y tú dices ¿PRD izquierda? En ese momento se decía ¿la izquierda es el pps? “Hay otra izquierda que sí existe y que viene en el movimiento desde el 68, que no está representada en ese marco, y ésa es una farsa electoral porque no está la izquierda representada, y no hay libertades democráticas, y es un derecho que tenemos a que la izquierda exista legalmente y no tenga que estar sujeta a la clandestinidad o semiclandestinidad”. De tal manera que cuando los compañeros llaman a que se proponga a Campa como candidato presidencial, muy pocas organizaciones responden, dentro de la izquierda; de hecho sólo dos organizaciones lo hacen. Se hace una alianza entre el PCM, el MOS (un pequeño grupo que venía del lombardismo estalinista; conocido como el “mosco”) y la Liga Socialista Tendencia Militante, la de Ricardo Hernández, que devendrá en la tendencia morenista en México.

La campaña, como es Campa y propuesto por el PCM, queda en muchos sentidos como campaña del PCM. Organizaron una gira por todo el país, con muy pocos recursos, pero la lograron hacer, y en la propaganda sí se hablaba del PCM-MOS-LS. Hasta donde pudieron, los compañeros de la Liga Socialista acompañaron a Campa en su recorrido. Esto polariza aún más el debate con la FBL porque estos últimos dicen “ahí está la prueba, otra vez, de capitulación al estalinismo, de claudicación, de firmar un programa con el estalinismo, es ni más ni menos que el Partido Comunista, el instrumento de la oposición contra el camarada Trotsky en México, de donde salió Siqueiros”.

La experiencia dividida entre el GCI y Rojo dura muy poco, prácticamente un año. Para principios del 76 empiezan las conversaciones otra vez entre nosotros para llegar a la unificación, que se dará como en abril de 76 en una semana santa, la semana donde muere José Revueltas. Precisamente estábamos en una reunión del Comité Central y suspendimos para ir al acto en el panteón francés, un acto muy impresionante porque cuando llegamos con el cuerpo de Revueltas donde sería sepultado, con muchos compañeros de la izquierda, de diversos movimientos, se hizo presente Víctor Bravo Ahuja, secretario de Educación Pública de Echeverría para sumarse a los honores, y se armaron los gritos y los empujones y casi la entrada de otros a la tumba antes que Revueltas, por los gritos de Martín Dosal, líder del 68 que estuvo preso con Revueltas, exigiendo que se fuera de ahí, que nadie lo quería, que por qué se presentaba a la muerte de Revueltas cuando ellos mismos lo habían perseguido y lo habían tenido en la cárcel. Luego regresamos a la reunión del CC y logramos la unificación, que se convirtió en LCI en abril de 76.

Como LCI empezamos tarde una discusión sobre el asunto electoral. Lanzamos una propuesta que se llamó FIR-Campa en la idea de que debíamos apoyar la candidatura de Campa, aunque llegábamos con retraso, no éramos ya de la alianza PC-MOS-LS. Pero por esa preocupación de GCI y Rojo de ligarse a la nueva vanguardia, hacíamos un llamado a la izquierda revolucionaria abstencionista, antielectorera que no estaba representada en dicha alianza, a formar un frente de izquierda revolucionaria (FIR) que vote por Campa. Un voto de apoyo crítico desde la izquierda revolucionaria.

Ayer les enseñé la foto de Campa en Ciudad Juárez, donde se ve una manta atrás que dice “IV Internacional”. El compañero que está ahí es Raúl Villegas. Ése es un acto de campaña de la LCI apoyando a Campa, que muestra esta relación. Y hay otra foto que ahorita les muestro ―a la mejor en la versión editada del video intercalamos fotografías para que no esté todo el tiempo yo hablando y tu cabezota apareciendo allí― del cierre de campaña en la Arena México donde se ve la presencia de los compañeros de la Liga Socialista, representados por Ricardo Hernández, y está junto a él Juan Moreno.

La candidatura de Campa fue muy importante, fue sin registro, su nombre no apareció en las boletas electorales, pero se hizo un trabajo de agitación y organización que permitió a ambos, sobre todo al Partido Comunista, de reorganización y crecimiento en todo el país, darle una presencia política nacional, y también a la Liga Socialista. Incluso en la opinión pública queda en esos meses la imagen de Ricardo Hernández como el líder trotskista más conocido en México, en detrimento de la figura que en el marco de la izquierda representaba Manuel Aguilar como líder histórico del trotskismo. Esto proyectó a la Liga Socialista y a Ricardo Hernández, su vocero, a nivel nacional.

La campaña misma y su resultado, el número de votos calculados aunque no hayan sido contabilizados, empujaron el tema de la Reforma Política. En esa elección casualmente fue electo José López Portillo y tomó posesión el 1 de diciembre de 1976 y en febrero de 1977 Jesús Reyes Heroles anunció la Reforma Política, que tiene que ver con todo esto.

En la IV el camarada Mandel, que empujó el asunto de la autocrítica en el congreso mundial de la IV sobre el asunto de la lucha armada, está empujando sobre la superación de las divisiones fraccionales, es decir, todas las divisiones que ha habido en varios países producto de este periodo de debates políticos en la universidad, especialmente en el “Che Guevara” y otros auditorios, que permite colocar, posicionar en forma muy interesante a la organización, especialmente la LCI, en la medida que el propio Mandel, con un gran prestigio académico en la universidad como economista marxista, desarrollador del pensamiento marxista en las nuevas circunstancias, al mismo tiempo convencido militante político de la IV y con una actitud muy militante en sus propias exposiciones, discusiones, conferencias, mencionando a sus camaradas trotskistas en México, haciendo reconocimiento y apoyo político para la propia organización. Fue en una de esas ocasiones en el mes de septiembre del año 75 cuando el GCI había empezado a superar el prejuicio con respecto a la constitución de un aparato partidario. En la escisión de la Liga Socialista entre la Tendencia Militante y la FBL ―aprovecho ahorita que se fue Tzinia, que era de la FBL―, la polarización llegó a tal punto que en diciembre de 74 creo, que es cuando se escinden, los de la FBL entran al local que tenía la Liga Socialista. Ellos son los primeros que tuvieron un local, uno primero chiquito en Av. Juárez frente a la Alameda, y luego en Bucareli y Tolsá. Antes de la escisión habían empujado una campaña económica interna para comprar una máquina de escribir eléctrica, que era el último grito de la moda, el último avance tecnológico, porque antes eran máquinas mecánicas, que permitía hacer las columnas para el periódico con letras de distinto tipo, ahí mismo se borraba, era una maravilla; la organización hizo una campaña económica para poder comprar esta máquina y dar un salto fundamental en el aparato y en la edición del periódico, que al final sólo algunos camaradas podían utilizarla. Pero para los militantistas morenistas era la expresión máxima de la degeneración aparatista y burocrática y en diciembre del 74 los de la FBL entran a escondidas al local y se llevan la máquina y todos los aparatos que había y dejaron una pinta poniendo “nos llevamos nuestra desviación aparatista”. Por eso cuando se encontraban vendiendo sus respectivos periódicos hasta golpes se daban por esa polarización que había que si se habían robado el aparato del partido, “sí pero ustedes no lo querían”.

El GCI poco a poco va aprendiendo y empezamos a tener locales por el año del 75, pero locales clandestinos. Pusimos uno en la Av. Insurgentes Centro a la altura de la colonia Roma, como si fuera un despacho de abogados, que era para hacer el periódico. El 17 de septiembre de 1975, cuando Mandel estaba aquí dando las conferencias. La mayoría de los del GCI no sabía dónde estaba el local porque era solamente para los que hacían el periódico, todos los demás no tenían que saberlo, y por eso lo estoy registrando aquí, en Av. Insurgentes entre Álvaro Obregón y Yucatán, y los únicos que sí sabían dónde estaba era la policía, que cayó la tarde del 17 de septiembre de 1975 y se llevó preso a Carlos Ferra, Elisa Villaescusa, a Juan, varios compañeros que venían de Sonora huyendo de la represión de allá. Y otro local en uno de los lagos allá por donde está el Metro Colegio Militar, Lago Pátzcuaro, creo que se llamaba. Pero en esta concepción de un local clandestino, no era un local público.

El año 75 es el peor año en cuanto a las divisiones, porque están al mismo tiempo la división entre GCI y Rojo, entre la Tendencia Militante y la Fracción Bolchevique Leninista. Vamos a saber que otros grupos trotskistas que no tienen que ver directamente con la IV sino con otras corrientes, también se dividen, especialmente el caso de la LOM, la Liga Obrera Marxista, dirigida por Luis Vázquez, que es la expresión en México de la corriente lambertista, es decir, la corriente que no fue a la reunificación del año 63, que siguió teniendo esta lectura dogmática del Programa de Transición diciendo que no hay revolucionarios por fuera de la IV y por lo tanto no reconociendo el carácter revolucionario de otras direcciones. La LOM expulsa en el mismo año 75 expulsa a una fracción que se llama Fracción Trotskista Leninista encabezada por Rafael Torres alias Germán, al cual en esta tradición de descomposición del lambertismo, de desconfianza de que siempre hay alguien que capitula al estalinismo, acusan a Torres de ser agente de la KGB y de la CIA al mismo tiempo, en un curso paranoico donde llevan al extremo la degeneración de que el que tiene una posición crítica o distinta está capitulando al estalinismo y hasta es agente de la KGB. Entonces en ese año de 75 también hay esa división en el lambertismo. Y otra pequeña escisión de lo que quedaba del por, de los posadistas, de tal manera que la presión de Mandel es para llegar a una unificación y creo que los de la LCI somos los que retomamos esta bandera. No parecía tan fácil si se toma en cuenta todo el periodo de disputas y luchas fraccionales de que veníamos.