Declaración de Principios de la OPT



DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA OPT

 

La cuestión de los principios

 

1. Sin principios no hay acción política transformadora: los principios políticos siempre tienen como última referencia una ética con contenido implícito. Todas las éticas históricas se han construido desde “un” fundamento, “una” instancia última de referencia. Los principios son “condiciones necesarias”, “máximas de acción” que nos permiten actuar de modo ético dentro de una comunidad con pretensión de bondad, justicia, así como humanidad y coherencia entre el decir y el hacer.

 

2. La palabra principio significa “lo que se toma en primer lugar”; desde el punto de vista materialista lo que está en primer lugar es la materialidad de la vida humana; es el mandato común, una exigencia que debe de cumplirse en toda acción e institución. A todo principio corresponde necesariamente una práctica política concreta, un conjunto de acciones que persiguen un fin determinado y tiene pretensión de justicia. Los principios son quienes legitiman y rigen la acción política.

 

Consideraciones generales

 

3. Teniendo en cuenta la lucha histórica de nuestro pueblo en búsqueda de su libertad, de aquellos que enfrentaron la conquista española y las invasiones francesas y yanquis; de aquellos que participaron en las guerras de Independencia, Reforma y Revolución; de los que resistieron heroicamente ante el 68 y a la guerra sucia; como descendientes, de quienes en los últimos 100 años no se han rendido, asumimos la construcción del poder popular como vía de la liberación nacional y la emancipación social como el medio para desplazar del poder político, económico y cultural a la oligarquía mexicana y a los imperialistas que saquean nuestros territorios y, explotan y humillan a nuestro pueblo.

 

4. Conscientes de que el capitalismo, sus empresas, sus estados y gobiernos neoliberales destruyen lo comunitario y todo sentido de colectividad, acallando el pensamiento crítico que los denuncia como los principales responsables de la pobreza, la explotación, la discriminación, la dependencia neocolonial, la inseguridad y la destrucción de la naturaleza, concebimos nuestras luchas inmediatas como un proceso dirigido a la construcción de una sociedad sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos; encaminado a la edificación de un mundo y una nación digna, justa y en paz, donde cada individuo pueda vivir una vida plena desarrollando su personalidad y sus capacidades; como un proceso ininterrumpido que recorre el camino de la lucha por la justicia social, la soberanía nacional y la democracia comunitaria y popular, hacia el socialismo.

 

5. Como seres humanos, los mexicanos tenemos derecho a desarrollar plenamente nuestras capacidades físicas e intelectuales en condiciones de igualdad, de respeto a nuestra dignidad, a nuestros derechos humanos y culturales y con justicia social. Esto sólo será posible si colocamos en el centro de la disputa por la nación la lucha política; sólo de esta manera podremos recuperar y humanizar las fuerzas productivas; ponerlas al servicio de los trabajadores y del pueblo, y asegurar que toda persona, independientemente de su origen social, sexo, religión, color de piel o preferencia sexual u otro criterio que implique discriminación, acceda a los derechos de ciudadanía y a las condiciones humanas que permitan su libre desarrollo, re-humanizar nuestra actividad política, económica y social en todos los espacios y momentos de nuestras vida.

 

6. Hacemos propias las filosofías milenarias de nuestros pueblos originarios, de su visión dialéctica e integral, que se empalman con las filosofías de la praxis, que buscan la liberación de los seres humanos, ajenas a toda superstición, a prejuicios raciales y a la supremacía de una nación sobre otra. Nos inspiramos en el pensamiento, las resistencias y la acción de las masas que, junto a nuestros próceres, lucharon contra los colonialistas, por la liberación nacional.

 

La libertad. El principio de liberación: lo estratégico político

 

7. El principio de liberación es el principio de la lucha de clases y de la unidad del pueblo: es la lucha de nuestro pueblo-nación para vencer a nuestro enemigo: el capital, el imperialismo.

 

8. La liberación nacional es el principio político que busca la desarticulación del sistema capitalista vigente, por ser dominador, despótico-autoritario y excluyente; para construir por medio de transformaciones críticas, un nuevo orden; todo esto en los diversos frentes de liberación posible (ecológico, feminista, político, económico, pedagógico, racial, cultural, etc.), sustentando en todo momento estas transformaciones, o construcciones de lo nuevo, en el principio de igualdad, solidaridad, soberanía y fraternidad.

 

9. El reino de la libertad vendría a ser aquel donde se lleve a cabo el desarrollo pleno de los individuos, el cual pasa a través de la abolición de la producción privada, que es negación de la persona, a una producción donde se afirme al sujeto, a partir del patrimonio social, ya que es el trabajo humano vivo lo único con la capacidad de crear valor, así en el libre cambio entre  ­

individuos, asociados en base a la apropiación y control comunitario de los medios de producción. Esto último no tiene nada de arbitrario, pues presupone el desarrollo de condiciones materiales, históricas y espirituales que lo hagan posible.

 

10. Es el principio del estudio de la realidad, de la valoración estratégico-política, de la viabilidad, de la gobernabilidad, es decir de la libertad política en los hechos. Lo estratégico político es la valoración de la realidad. Del estudio y análisis de la realidad surgen los medios que se empuñarán para crear y recorrer la senda que lleve al objetivo político fundamental. Lo estratégico político se ubica en nuestra libertad política de elección, determinada por el análisis de los diagnósticos sobre la correlación de fuerzas, la anticipación de los escenarios político-posibles, las alianzas y el terreno concreto de la lucha política.

 

11. Las tácticas o los medios para lograr lo estratégico se encuentran determinados por el objetivo final: la libertad del oprimido; la que conlleva la libre elección del trabajo productivo, el tiempo libre para realizar actividades superiores humanizantes, la eliminación de la barbarie capitalista, en pocas palabras el pleno desarrollo del ser humano como sujeto integral y no como función dentro de un aparato económico. Las luchas del pueblo mexicano y los trabajadores, han estado enmarcadas en el combate por alcanzar estos objetivos máximos, que se traducen en reivindicaciones concretas como elevar sus condiciones de existencia, garantizar la libertad de las personas y los derechos democráticos, lograr la independencia plena de la nación, entre otros.

 

12. Nos pronunciamos por una cultura y una ética emancipadora, contrapuestas a la herencia colonialista y capitalista, a los racismos y discriminaciones, a la lógica capitalista que diviniza el dinero, mercantiliza todo, privatiza lo común y lo público haciéndolo pasar como un fenómeno que obedece a leyes naturales. La educación y el acceso irrestricto a los bienes culturales es fundamental para el desarrollo de una sociedad democrática y justa, para la afirmación y el desarrollo intracultural e intercultural de nuestras comunidades y pueblos.

 

 

13. Este principio va más allá de la nación, la liberación de la patria no será posible si no es parte de la lucha por la independencia y el socialismo de las naciones subyugadas que se desarrolla en América Latina, el Caribe y los movimientos emancipadores de todo el mundo. Entre el pueblo de México y todos los pueblos de la Tierra que luchan por su libertad existen intereses comunes: sus enemigos son los mismos, las oligarquías nacionales y el imperialismo que, con todo su poderío económico, político y militar, constituyen el principal obstáculo para la liberación de los pueblos.

La Organización Política del Pueblo y los Trabajadores se impone la obligación de promover y luchar por la participación política en igualdad de oportunidades y equidad entre mujeres y hombres.

La discriminación también por motivos de preferencia sexual de las personas se apoya en visiones conservadoras y reaccionarias de estereotipos de lo masculino y lo femenino. Nuestra oposición a todo tipo de discriminación es parte también de nuestra concepción democrática que respeta lo diverso, lo diferente, en todas las manifestaciones humanas. Estamos opuestos a todo intento totalitario de imponer modelos obligados de conducta.

La OPT cumple la obligación establecida en la ley de no aceptar pacto o acuerdo que la sujete o subordine a cualquier organización internacional o lo haga depender de entidades o partidos políticos extranjeros; así como no solicitar o, en su caso, rechazar toda clase de apoyo económico, político, propagandístico proveniente de extranjeros o de ministros de los cultos de cualquier religión, así como de las asociaciones y organizaciones religiosas o iglesias y de cualquiera de las personas a las que este Código prohíbe financiar a los partidos políticos.

Lo anterior es consecuencia de que la OPT es una organización partidaria nacional por lo que sus posiciones, actividades y políticas son adoptadas bajo la responsabilidad de su dirección nacional, de sus direcciones locales o, en última instancia, por su máximo órgano deliberativo: su congreso nacional. Más en general, la OPT está opuesta a la subordinación de los intereses del pueblo trabajador mexicano a los intereses del Estado de cualquier potencia extranjera. También está opuesta a la subordinación ante cualquier entidad política y extranjera, consecuentemente con nuestra definición incluida en nuestro lema “por la liberación nacional y la emancipación social”. Por esta razón es que la OPT ha denunciado y cuestiona la firma de lesivos pactos (secretos o públicos) que el gobierno mexicano ha hecho con agencias del imperialismo, como el Fondo Monetario Internacional o directamente con los gobiernos de esos países como el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

La imposición de una determinada política económica, como ha sido el neoliberalismo, por una agencia o directamente por los gobiernos imperialistas sólo puede traer, como se está demostrando en la práctica, nuevos sufrimientos al pueblo trabajador de México.

Por estas razones es que la OPT también se opone a la presencia e inflitración que hacen agencias como la CIA o la DEA en nuestro país o acuerdos violatorios de la soberanía nacional como la reproducción del Plan Colombia en forma del Plan Mérida. Por estas razones es que nuestra posición no es contradictoria con nuestra convicción y necesidad de desarrollar la solidaridad y unidad de los trabajadores del mundo así como desarrollar la más amplia solidaridad con las fuerzas antimperialistas y anticapitalistas que se expresan en cualquier país del mundo.

 

La igualdad. El principio de la democracia

 

14. La práctica de la democracia no es abstracta, no se lleva a cabo a partir de buenas ideas; ésta se ejerce y toma significado siempre en la práctica liberadora: democracia es el proceso de afirmación política, cultural y económica de las mayorías, de la clase trabajadora, de los enemigos de todo régimen oligárquico y de toda tiranía caudillista.

 

15. El principio democrático presupone la validez, la legitimidad y el consenso, es decir, que la voluntad común, como conclusión de argumentos racionales, se combina con la honestidad intelectual que estriba en la capacidad de reconocer la validez de un argumento superior. Al tener como criterio la participación de todos como iguales dentro de la asamblea o la comunidad y al haber tomado parte el sujeto político de las decisiones políticas de la asamblea, no solo se está obligado a realizar los acuerdos, sino también en asumir la responsabilidad de las consecuencias en dichas decisiones.

 

16. En la realización de las tareas democráticas, procuramos la construcción de consensos, el respeto y el reconocimiento de las diversas formas de organización popular, donde las comunidades y las personas se liberen de todas las formas de pobreza, miseria y discriminación a las que han sido sometidas. Al seno de nuestra organización pugnaremos por el ejercicio colectivo de las tareas de dirección, promoveremos la más amplia libertad de opinión y el respeto a las minorías; pero también exigiremos la mayor disciplina en la aplicación de los acuerdos tomados.

 

 

 

La independencia. El principio de soberanía

 

17. Defendemos el derecho a la autodeterminación de las naciones a gobernarse a sí misma desde un sistema de representación política, donde el poder tiene como su origen o fuente al pueblo como categoría política. La soberanía presupone la independencia, pero sobre todo que ningún poder exterior a la nación interfiere en la dirección política de la patria: “La soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo, todo poder público dimana del pueblo y se instituye para su beneficio. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. Es parte del principio de soberanía y también una exigencia democrática aceptar herramientas políticas que hagan valer la voluntad del pueblo como la revocación del mandato en todos los niveles de dirección. Nos sustentamos en el Art. 39 constitucional.

 

18. Como organización política respetamos el Estado de Derecho, nos obligamos a observar y respetar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes e instituciones que de ella emanen, así como a conducir nuestras actividades por medios pacíficos y por la vía democrática. De la misma manera forma parte del principio de soberanía la facultad de las organizaciones políticas de los trabajadores y el pueblo de hacer vigente en todo momento su independencia con respecto de los partidos, clases o fracciones de clase, que son partidarias del imperialismo y las oligarquías.

En su defensa de los derechos y las libertades democráticas la Organización Política del Pueblo y los Trabajadores se apoya y exige el respeto a aquellos ordenamientos legales que reconocen tales derechos. La Constitución Política aprobada por el Constituyente de 1917 reflejó muchas de las aspiraciones democráticas de las masas participantes en la Revolución Mexicana. Sin embargo, muchas no están contempladas y otras han sido limitadas, restringidas o en la práctica anuladas por posteriores reformas constitucionales o por leyes secundarias.

La Organización Política del Pueblo y los Trabajadores se obliga a luchar contra estas restricciones de las libertades democráticas a las que todo mexicano debe tener derecho y que son reconocidas por la Constitución Política buscando que se produzcan las reformas legales e incluso constitucionales necesarias para garantizar el reconocimiento de tales libertades y derechos.

La Organización Política del Pueblo y los Trabajadores está en desacuerdo en la utilización de la violencia armada de pequeños grupos de militantes como medio de alcanzar los objetivos históricos del proletariado. La lucha revolucionaria por el socialismo implica la organización y movilización de las masas obreras y campesinas por tal objetivo. La acción de las masas no puede ser sustituida por la espectacular y violenta acción de grupos armados aislados de tales masas.

La Organización Política del Pueblo y los Trabajadores está opuesta a la utilización de vías no pacíficas y no democráticas para la resolución de los conflictos sociales y políticos. Por ello ha estado siempre en la primera fila de los que se oponen a la violencia y la represión que el Estado ha ejercido contra Ios movimientos de masas independientes del control de aquél. En nuestro programa demandamos una amnistía general para todos los presos, los procesados, los perseguidos, los desaparecidos y los exiliados políticos. Demandamos la disolución de los múltiples cuerpos policíacos anticonstitucionales y de las múltiples cárceles clandestinas.

Como consecuentes defensores de las libertades democráticas en el país estaremos siempre a favor de que los conflictos sociales y políticos sean resueltos por medios pacíficos y democráticos y no por las vías ilegales y violentas. Nos constituimos en partido, en organización política, porque estamos a favor de la movilización y la lucha política de masas y no por acciones violentas de grupos minoritarios.

 

La fraternidad. El principio de solidaridad o de “apoyo mutuo”

 

19. Es el atender o responder ante el dolor, injusticia y/o exclusión del otro, del explotado, del oprimido, con intención liberadora, ya que el apoyo o solidaridad significa afirmar y responder ante la corporalidad vulnerable del otro. Contrariamente a la concepción “Darwinista social” de la supervivencia del más fuerte sobre el débil, afirmamos que las sociedades no se han desarrollado en una relación de competencia interhumana, sino fue gracias a los lazos de colaboración entre los seres humanos como se ha logrado el desarrollo y preservación de la humanidad.

 

20. El desarrollo de las fuerzas productivas en la lógica de la competitividad interna del sistema capitalista, creó como producto histórico, la individualización de la persona, que generó y sigue generando, actitudes egoístas. El principio de la solidaridad es el principio de la comunidad, que busca la unidad entre la persona y la colectividad, para dar soluciones concretas a las problemáticas de la sociedad actual. La solidaridad es la respuesta ante el clamor de justicia del oprimido, desde el horizonte más inmediato como es el hogar familiar, pasando por los pueblos y organizaciones subyugadas, hasta llegar a la solidaridad con las naciones que sufren el yugo de la guerra imperialista. El amor a la justicia es lo que nos mueve a la solidaridad.

 

El principio de respeto a la naturaleza

 

21. Es el amor a la casa, a “la madre tierra”, proveedora de los recursos materiales, “del sustento” que permiten la reproducción de la vida, de la especie humana. Mientras que el capitalismo es depredador, inhumano y ecocida ha provocado fenómenos como el cambio climático, la gran mancha urbana, el uso excesivo de recursos no renovables y la sobre explotación de recursos no renovables de largo plazo, la falta de respeto y la completa agresión hacia las especies animales y su hábitat.

 

22. La crisis socioambiental que padecemos los mexicanos y la mayoría de la humanidad es una de las tantas caras de la crisis general provocada por el capitalismo. Su solución pasa por la superación del capitalismo. El colapso civilizatorio responde a la manera en que la burguesía organiza la producción y el consumo; la cual toma a los trabajadores y a la naturaleza al modo de recursos explotables, gratuitos, ilimitados y prescindibles, que sólo están ahí para que las empresas privadas realicen ganancias infinitas.

 

Ciencia y tecnología

 

23. La tecnología no es una simple cuestión de objetividad científica o de maquinaria inanimada. Su desarrollo y empleo está guiado por intereses; por valores sociales, explícitos o implícitos. En este momento, la lógica capitalista es la predominante. Así, las fuerzas productivas crecientemente se han transformado en fuerzas destructivas; de recursos para la vida en recursos para la muerte. Por ello, la ciencia y la técnica deben perder su carácter privado, convertirse en patrimonio de la humanidad. Sólo de esta manera podrán minimizarse los riesgos de su desarrollo y el uso incontrolado de materiales nucleares, químicos, genéticos, tecnologías reproductivas, nanotecnologías y armas biológicas. En este caso no basta con expropiar a los expropiadores. Las fuerzas productivas recuperadas a los monopolios habrán de ser reconvertidas y humanizadas.

 

Ética y Militancia

 

24. Para nosotros como OPT no existen pequeñas o grandes tareas a la hora de pelear por la emancipación del pueblo, todas son necesarias y revolucionarias. Por lo mismo, luchamos por erradicar las desconfianzas, las rivalidades, las alianzas sin principios, las ambiciones y las intrigas. Estas deben ser reemplazadas por la camaradería, la vigilancia colectiva y la ejemplaridad de la conducta de los militantes. Nos comprometemos con los principios éticos de no robar, no mentir, no ser flojo y de servir y respetar al pueblo.

 

25. Nuestro socialismo no es calco y copia, es la creación heroica de nuestros pueblos. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro lenguaje, colocándolo en nuestra realidad de pueblo latinoamericano-indoamericano para enriquecer la lucha de liberación de los pueblos del mundo. Ese socialismo para ser tal habrá de superar las concepciones sectarias y anacrónicas; los procederes doctrinarios y dogmáticos, el pobrismo y el colonialismo intelectual y cultural; habrá de desarrollar métodos de construcción democrática, ejercer la crítica permanente al burocratismo y a concepciones puramente productivistas que pierden de vista al ser humano y su base natural, que constituyen el medio y el fin de nuestro accionar político y social.

 

26. Confiamos en que la solidez de nuestros principios, la fuerza de nuestros argumentos y la nobleza de quienes los comparten, contribuirán a configurar un futuro democrático. Invitamos a todos los hombres y mujeres a unirse a nosotros en esta tarea