Morelos: la hora de las definiciones

 Morelos a la hora de las definiciones.

 

José Martínez.

 

Primero. La indefendible política de Graco y la cuestionable política de la oposición.

 

El Gobierno de Graco en Morelos ha dado muestras de todo lo que preveíamos: autoritarismo, antidemocracia, políticas favorables al sistema, defensa de las reformas neoliberales y privatizadoras. Nuestra posición crítica y de enfrentamiento con el gobierno perredista ha sido clara desde el principio. No llamamos a votar por Graco, a pesar de que prácticamente todas las organizaciones con quienes trabajamos se volcaron en su apoyo. Para nosotros estaba claro que al llegar al poder el PRD en alianza con el MC y el PT, no aplicaría una política distinta a la que han aplicado los gobiernos panista que le precedió y los priístas de las décadas anteriores. Hoy podemos confirmar que en efecto esa política ha causado verdaderos estragos económicos, sociales y políticos en Morelos. 

Si bien es cierto actualmente hay un crecimiento de la protesta social contra el gobierno de Graco, con las marchas convocadas por el Frente Amplio Morelense, no es la primera ocasión en que hay éstas muestras de inconformidad social, aunque hoy la consigna de fuera Graco ha conjuntado fuerzas de distintas clases sociales y sectores políticos que muestran por una parte el crecimiento de la inconformidad social y a la vez la capitalización política por parte de un grupo de dirigentes que de ninguna manera representan una alternativa independiente y de lucha como han querido transmitir las organizaciones que se han sumado acríticamente a la política diseñada por quienes impulsan el llamado "Gobierno de Reconciliación Social".

 

La lucha en contra de las políticas neoliberales y privatizadoras que representa el gobierno de Graco Ramírez no puede estar desligada de la lucha contra el gobierno de Peña Nieto. Ambos gobiernos son parte del sistema de dominación capitalista que se impone a través de acuerdos entre las cúpulas partidarias para defender el interés superior del capital. No caemos en la confusión de quienes señalan al gobierno de Graco identificándolo con la izquierda, ya que el PRD hace mucho tiempo abandonó toda referencia política a la izquierda y se ha sumado abiertamente a las políticas de la derecha. Es verdad que existen matices y diferencias menores entre los partidos del régimen, sin embargo, esas diferencias cada vez son menos trascendentes, ya que son autores de las principales reformas neoliberales y privatizadoras que se han llevado a cabo.

 

En cuanto a las organizaciones e instituciones que han integrado el Frente Amplio Morelense, es claro que su discurso trata de incorporar diversas demandas y reivindicaciones de sectores de la población que han sufrido severos agravios por parte del gobierno, pero en la práctica esta alianza pluriclasista utiliza los peores métodos antidemocráticos que dice combatir y trata de amalgamar a sectores que mantienen la lucha con sectores que defienden privilegios económicos y políticos.

 

El papel de la UAEM ha sido sin duda alguna pieza clave en éste proceso de organización del frente amplio morelense. El cambio de orientación política con la llegada del Rector Alejandro Vera se quedó a mitad del camino con el arribo del equipo de Javier Sicilia, una vez que se consolidaron sus acuerdos derivados de los diálogos con Calderón en el castillo de Chapultepec. El MPJD en Morelos le apostó a colocarse en dos instancias simultáneamente, por una parte entraron al gobierno de Graco varios de sus integrantes y el otro esquipo con Javier a la cabeza se incrustó en la UAEM con un programa dirigido a las víctimas y no precisamente con un programa de derechos humanos. En éste proceso, la UAEM recibió el apoyo económico del gobierno de Graco para ampliar sus instalaciones y proyectos, por lo que prácticamente vivieron bajo un acuerdo entre Graco y Vera, durante los primeros años de su período, hasta que se dieron choques y desencuentros entre Javier y Messeguer a raíz del asesinato cometido en contra de Alejandro Chao. La crisis de las finanzas universitarias detonó un conflicto larvado que ahora estalla nuevamente, en medio de las auditorías que indican faltante de millones de pesos bajo la administración de Vera, y los acuerdos a los que llegó con el gobierno federal a través de la SEDESOL para operar recursos que no estaban dentro de sus facultades llevar a cabo. Hoy existe un faltante de 450 millones de pesos que ponen en cuestión la operación de la UAEM según dicen tanto Vera como el propio Graco. La política social de la UAEM se ha movido entre las iniciativas de organizar desde arriba a organizaciones sociales y a integrantes de pueblos, imponiendo su propia agenda y dinámica, sin que eso signifique realmente respetar los procesos de autoorganización y lucha de pueblos y organizaciones. Las asambleas de pueblos y comunidades no son la tónica del movimiento, sino los acuerdos con dirigentes y activistas de organizaciones que se sienten protegidos por la cobertura institucional de la UAEM.

Así, por una parte existen sectores como el Movimiento magisterial de Bases y la CNTE, que enfrentan la reforma educativa y han aumentado sus fuerzas en el último período, sin poder transformarse en la fuerza mayoritaria dentro del magisterio como lo fue durante el movimiento de mediados de la década pasada. El movimiento magisterial en Morelos se encuentra dividido y confrontado entre éstas dos fuerzas y eso lo debilita enormemente para enfrentar la ofensiva del Estado en el futuro inmediato en el reinicio de las clases. Su búsqueda de alianzas es en éste sentido no sólo necesaria sino urgente, por lo que ha contado con el apoyo de la ANUEE, del SME y de las organizaciones del Pacto por la Soberanía Alimentaria y Energética en todas sus movilizaciones. No obstante, ha priorizado su incorporación al Frente Amplio, sin importarles que ahí estén empresarios que son los primeros en lanzar ataques contra los bloqueos del magisterio, o con Antorcha Campesina y los panistas que jamás apoyarán sus movilizaciones. La confrontación entre la CNTE y el MMB en lugar de disminuir por su participación conjunta en el FAM, ha aumentado de tono, polarizándose y atacándose mutuamente, como ocurrió en la misma movilización, que se presumía unitaria, en Jojutla. Los resultados se verán en unos días precisamente para ver si se logra tener la fuerza suficiente para impedir la reanudación de clases.

El componente del Frente Amplio que muestra una alianza sin principios es precisamente la presencia de Antorcha Campesina, de viejo raigambre priista y de origen maoísta allá por los años 70s, con una política ultraizquierdista que fue cooptado por el Estado y ha desarrollado todo un emporio económico mediante la utilización de recursos públicos para mantener el control de numerosos sectores pauperizados que le permiten movilizarlos para obtener recursos de los gobiernos, reproduciendo las peores formas de corporativismo político priísta.

En el mismo sentido se encuentran los permisionarios del transporte urbano, quienes han creado un poder económico y político que ponen al servicio del mejor postor y que brindan un pésimo servicio debido a la superexplotación que realizan de los choferes que trataron de organizarse sindicalmente y fueron brutalmente golpeados, perseguidos y despedidos. Sus dirigentes mantienen una política de acuerdos con los gobiernos en turno para conseguir más concesiones. Su oposición al proyecto del Morebús y a la Ley de Movilidad en Morelos tiene un componente válido por los afanes privatizadores del Gobierno del Estado y a la opacidad con que se manejan éstos proyectos, pero su oposición al gobierno ahora no significa que no puedan llegar a acuerdos con el mismo, como lo han hecho en múltiples ocasiones.

La Coordinadora de Movimientos Sociales, donde conviven empresarios priistas y panistas, así como ex perredistas, ha movilizado fuerzas de derecha en contra de la inseguridad y la violencia que existe en Morelos, con una perspectiva de solicitar el endurecimiento de las penas contra secuestradores hasta el grado de pedir el restablecimiento de la pena de muerte y fomentar el “linchamiento de los delincuentes”, así como la solicitud reiterada al gobierno federal para que envíe a los militares, a los marinos, a la Gendarmería y a la Policía Federal. Su oposición al Mando Unico de la policía estatal es solamente para solicitar la presencia de otras fuerzas policiacas sin ir al fondo de las causas de la inseguridad, como son las políticas neoliberales y privatizadoras que en realidad beneficia a los empresarios como ellos. Si bien denuncian los secuestros y la violencia que está causando daños cada vez más graves y devastadores, nunca han elevado la voz en contra del feminicidio ni las desapariciones u otras violaciones a los derechos humanos, ya que sobre todo les interesa mantener las condiciones para la seguridad de sus negocios.

 

Otras organizaciones ligadas a la UAEM, como el Consejo Permanente de los Pueblos, incluye tanto a quienes luchan en contra de megaproyectos como las termoeléctricas en Huexca, el gasoducto en Amilcingo y Jantetelco o el acueducto en Ayala y Cuautla, como a las mineras a tajo abierto o bien la defensa del predio Los Venados en Jiutepec, así como la oposición a la ampliación de la autopista a Tepoztlán. Estos sectores que han mantenido luchas de resistencia se han ubicado dentro del paraguas de protección institucional que les representa la UAEM, por lo que en ningún momento cuestionan las alianzas de la UAEM con el Obispo y los sectores de derecha que forman parte del Frente Amplio.

Algunos sectores del frente Amplio forman parte de Morena, como la ONPP que tiene una base social en Axochiapan y el oriente de Morelos y forma parte de la dirección del MMB, o la Asociación Morelense Gustavo Salgado que aglutina a colonos afectados por las alzas en los impuestos y servicios públicos. Si bien su oposición al gobierno perredista de Graco los lleva a aceptar las alianzas con éstos sectores derechistas en el FAM, hay que destacar que varios de sus reconocidos dirigentes han sido del propio PRD o del PT en su momento, inclusive dándose el caso de quienes trabajaron con Graco durante años tan cercanamente como Guillermo López Rubalcaba, quien llegó a ser Secretario de Desarrollo Económico del gobierno de Morales Barud cuando Graco negoció 4 Secretarías a la caída del Gobierno de Carrillo Olea.

Las alianzas del Rector y el equipo de Javier Sicilia con los diputados panistas ha sido expresada en diversos momentos y las coincidencias vienen de lejos, justamente desde las negociaciones establecidas durante el gobierno de Calderón, cuando se rompieron los acuerdos logrados por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en Ciudad Juárez. Hoy no existe más el MNJP que se ha dispersado y sólo aparece con referencia a un liderazgo de Javier Sicilia que es más mediático que real.

Precisamente los métodos antidemocráticos en el FAM han quedado expuestos una vez que se aseguró que participan más de 100 organizaciones sin decir claramente cuáles son éstas y quienes nombran al Rector como su vocero y a la primera oportunidad es el Consejo Universitario quien decide que sea Javier Sicilia el vocero del FAM sin tomar en cuenta a las propias organizaciones del FAM.