Partido Revolucionario de los Trabajadores
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LAS GUBERNATURAS PARA EL FINAL DEL SEXENIO
Edgard Sánchez (*)
Habiendo concluido los plazos legales para definir y registrar formalmente las candidaturas para la elección de 15 gobiernos de estados de la República este 2021, es posible vislumbrar las formas y composición del régimen en su relación con el gobierno de AMLO.
Por la relación de fuerzas en el actual sistema de partidos, la polarización política que el propio AMLO ha promovido con su esquema binario de supuesta lucha entre liberales y conservadores, en el terreno electoral se perfilan dos bloques. Por un lado, el bloque de partidos alrededor del Presidente (desde Morena hasta la extrema derecha representada por el PES pasando por expresiones del charrismo sindical) y por el otro lado, el bloque de la derecha electoral del PAN, PRI y PRD. En este esquema, como ya hemos señalado antes (ver “Elecciones en la nueva normalidad” en el sitio prtmexico.org) no hay opción político partidaria que represente a la clase trabajadora ni a la izquierda socialista. No sólo a la izquierda política anticapitalista, sino en general a los movimientos antisistémicos tanto de la clase trabajadora, como de los pueblos indígenas en resistencia contra los megaproyectos ecocidas y neoliberales como del movimiento feminista en lucha contra el patriarcado capitalista. En estas elecciones y en este esquema del sistema de partidos políticos actuales, nadie nos representa.
Por lo anterior es que nuestra preocupación hoy no es definir una fórmula de votación ni buscar candidaturas supuestamente que defiendan las demandas del movimiento con partidos que están, en realidad, contra estos movimientos. Esto no quiere decir que en términos del análisis de la situación política y del marco de lucha que tendremos que continuar frente al poder nos sea indiferente examinar los reacomodos del personal político de las clases dominantes.
En este contexto es interesante ver cómo se van acomodando las candidaturas de Morena y los otros aliados de López Obrador. No por alguna ilusión en recuperación de alguna demanda social por parte de Morena y sus candidaturas, que no es lo que está en juego, sino por la composición del bloque social en el poder. Por supuesto que todavía hay ilusiones en algunas personas de que la famosa “encuesta” les favorezca para obtener alguna candidatura a diputación federal o local (o hasta una regiduría pues en 2021 se elegirán más de mil cargos). En estos días la “encuesta” empezará a decir quiénes quedan de los que se pre registraron. Y empezarán las protestas, desencantos y quejas contra la “encuesta”. Viendo las candidaturas que ya se definieron para gobernadores de los estados, es posible predecir que habrá coherencia con las que se definan en los otros niveles y por lo tanto que estarán determinados por el peso de corrientes burguesas, de derecha y provenientes del PRI o del PAN. Si acaso alguien que se reivindica de izquierda o del movimiento es seleccionado será claramente una minoría en ese escenario.
La definición de las candidaturas para los gobiernos de los estados por parte de Morena son relevantes por varias razones. En primer lugar porque en la actual relación de fuerzas electorales es muy probable que sean las que se lleven la mayoría (quizá en dos o tres estados de tradicional control por parte del PAN o del PRI haya relativa competencia) Esto incide en la preparación del final de sexenio de López Obrador. Las elecciones del 2021 serán importantes para la conformación o no de un nuevo régimen político transexenal. Implica no sólo qué corriente política de Morena o del entorno del Presidente, encabezará la candidatura presidencial en el 2024, sino qué sectores de las clases dominantes (muchas de ellas ya representadas en el gobierno de AMLO) finalmente se acomodan como hegemónicas en un nuevo bloque social y cómo se resuelven las diferencias entre ellos que ya se han expresado en estos primeros dos años y medio en los que AMLO ha tratado de mediar, conciliar o favorecer con lo que hemos llamado los giros bonapartistas de un gobierno de “progresismo tardío” en comparación con los anteriores en América Latina.
El “progresismo tardío” de AMLO ha implicado este discurso supuestamente contra el neoliberalismo pero limitándolo a la lucha contra la corrupción, y al mismo tiempo la continuidad de los proyectos y reformas neoliberales como los megaproyectos (como el llamado Tren Maya, el Transitsmico o el PIM), así como la política de los neoliberales en cuanto a seguridad pública, es decir, la militarización, la creación de la GN, el peso creciente del ejército. El apoyo y defensa de las fuerzas armadas, en ambos sentidos, es relevante. La defensa de la institución armada y su imagen destacó en el caso del General Cienfuegos detenido por la DEA y exonerado y recuperado por el gobierno mexicano, pero también el apoyo material y encargo de labores de infraestructura por parte del ejército (la construcción del aeropuerto de Santa Lucía pero también tramos del Tren Maya). Todo ello, así como la política seguida ante la combinación de la crisis de Covid 19 y la crisis económica, por un lado y por otro la peculiar relación con el imperialismo yanqui, tanto con Trump como con Biden, de retórica defensa de la soberanía nacional y subordinación a la política migratoria y la renovación del TLC, apuntan a un determinado acomodo o reacomodo de las clases dominantes en el nuevo régimen.
Las candidaturas para gobernadores de los 15 estados en juego (casi la mitad del país) apuntan tendencias en la brega por la hegemonía entre los diversos sectores de las clases dominantes. Por ello es que predominan candidaturas de personajes provenientes del PRI y del PAN, incluso de reciente acomodo en Morena o sea ni siquiera de algunos de los fundadores de Morena que también vienen del PRI, pero de la época de Echeverría. La conciliación con sectores de la burguesía de origen priísta o panista, refuerzan la posible dinámica para que la continuidad del régimen iniciado por AMLO, con todo y sus giros bonapartistas, se incline más bien a la derecha, como lo hizo Lázaro Cárdenas con su sucesor Ávila Camacho en 1940. Alguien que encaja en este reacomodo es Marcelo Ebrard, que ni siquiera es formalmente miembro de Morena, pero con gran peso político actualmente y que aunque viene también del priísmo, no viene de la corriente de Cárdenas de 1988, sino de la opuesta, es decir del salinismo con su jefe Manuel Camacho Solís, operador de Salinas en la campaña de 1988. Hoy Ebrard es una referencia central en el Gabinete presidencial y al mismo tiempo uno de sus operadores, Mario Delgado, es presidente del partido. Por ello, como ya dijimos antes (op cit), el propio AMLO ha advertido de la posibilidad de que su proyecto no continúe después de su sexenio. “Nada es eterno” dice. Y como en realidad no se ha preocupado por la institucionalización de su partido, sino el fortalecimiento de un funcionamiento caudillista, las dificultades para consolidar un nuevo régimen político transexenal son mayores. Por supuesto, el esquema actual, en 2021, puede variar en los siguientes años, pues la pugna interburguesa, no sólo con la derecha electoral del PRIAN, sino en el seno del gobierno, puede obligar a cambios sobre todo con la agudización de la crisis y el esperable relanzamiento del movimiento de masas independiente en lucha y resistencia contra los costos sociales de la crisis.
Como hemos señalado antes, las elecciones del 2021 tienen características peculiares como ser la mayor elección habida por el número de cargos en juego, por la posibilidad legal de que empiece la consolidación de una casta legislativa por la reforma que permite la reelección inmediata y también por el mayor número de mujeres que participarán como candidatas y las posibilidades de ser electas (para continuar con la “Legislatura paritaria”) por las reformas legales que el movimiento feminista y el movimiento amplio de mujeres han conseguido después de décadas de lucha, relevantemente desde los años 90 y las campañas “ganando espacios” así como las cuotas como acciones afirmativas muchos años antes de que naciera Morena. Pero lo relevante en este proceso será la consolidación o la lucha por la hegemonía en el nuevo bloque en el poder de las diversas fuerzas burguesas en pugna. Y con un sistema de partidos que excluye la representación de la clase trabajadora o de los movimientos anticapitalistas o antisistémicos. Por eso incluso en la mayor participación de mujeres, en candidaturas y cargos de elección, no hay garantías de cambio real, pues la conquista de ese espacio por parte del movimiento de mujeres es usado por partidos tradicionales que no reconocen la opresión de las mujeres ni luchan por su liberación. Cuerpo de mujer no es igual a conciencia de la condición de opresión de las mujeres. La repetición de candidatas electas como Lily Téllez por el partido Morena en 2018, por lo mismo pueden repetirse en 2021 en el partido Morena que lleva como candidato a Félix Salgado. El problema no son las candidatas sino el partido; no hay partido actualmente en el terreno institucional con conciencia feminista.
La composición de estos 15 gobiernos serán importantes por tanto para el gobierno federal por la conclusión del sexenio y las definiciones hacia el 2024. Es el equipo con el que AMLO gobernará hasta el fin del sexenio. Una radiografía de cómo se van definiendo las candidaturas a gobernadores da una idea de por dónde van los reacomodos de la clase dominante (y deberían eliminar ilusiones de quiénes creen que es posible una orientación “popular” del gobierno y Morena):
Baja California: La candidata de Morena es Marina del Pilar Ávila. Hay que recordar que el Gobernador Bonilla llegó postulado también por Morena y que, desde el principio, ha tenido un desempeño polémico y antidemocrático. Nació en California, Estados Unidos y participó políticamente con el Partido Republicano. Debido a los acomodos electorales su elección era para dos años, pero reformó la ley, con el apoyo de la mayoría Morenista en el Congreso local para extender su mandato 5 años. Aunque la Suprema Corte de Justicia derrotó esa intentona (que en su momento le celebró la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez), continuó manejando a su antojo el congreso local, como lo hizo al reformar una ley administrativa para justificar las concesiones hechas en el uso del agua a Constellation Brands. Por supuesto apoyó, así como el gobierno anterior del panista Francisco “Kiko” Vega la instalación de este cervecera en Mexicali, rechazada por el pueblo y movimientos de Mexicali que tuvieron que sufrir la represión por su resistencia. Al final hizo reformar la Constitución local para permitir la reelección de ayuntamientos y diputaciones sin dejar el cargo, el dictamen 37 o “Ley Gandalla” como fue conocida. Por ser reforma a la Constitución, se requería no solo el voto del Congreso sino de los propios ayuntamientos. Solamente la Presidenta municipal de Tecate, Zulema Adams, se opuso a esta reforma lo que originó una guerra permanente del Gobernador Bonilla contra ella, que motivó que ella misma le acusara de violencia política de género. La actual candidata a Gobernadora por Morena (y el PT), Marina del Pilar Ávila era la Presidenta municipal de Mexicali, así que es fácil imaginar que no habrá diferenciación importante con Bonilla. Ahora Morena ha anunciado que tres de cinco candidatas a Presidentas Municipales serán mujeres, en el caso de Mexicali, Tijuana y Playas de Rosarito. Como los partidos están obligados por ley a presentar candidaturas de mujeres esta lista que ha presentado Morena no es garantía de cambio a favor de las mujeres por lo que hemos señalado antes. En esa misma lógica, obligados a presentar mujeres en algunas gubernaturas la coalición de derecha del PRI, PAN y PRD presenta como candidata a la ex Miss Universo Lupita Jones. La bajacaliforniana María Guadalupe Jones Garay, mejor conocida como Lupita Jones nunca ha participado en política y su discurso es antipolítica y antipartidos típico de una empresaria, en este caso del negocio de los concursos de belleza. No sólo en BC, muchos partidos y no sólo los de nuevo registro que tienen que ratificar su registro sin hacer coaliciones, sino también los de la coalición de la derecha, están ofreciendo candidaturas a actrices, luchadores y figuras que supuestamente les aseguren votos como sea. Es parte de la lógica neoliberal en la política donde se enseña que los programas, la política, ideología o los partidos no son lo importante sino el criterio de “marketing” de la individualidad de la candidatura y su “carisma” para atraer votos. Por eso Lupita Jones les puso como condición a los partidos completa libertad para decir lo que quiera sin importar las definiciones partidarias (de por sí difíciles de encontrar en común entre PRI, PAN y PRD) a cambio de supuestamente darles votos. Para empezar dijo estar de acuerdo, por ejemplo, con el aborto y el PAN tuvo que hacer silencio. Por otro lado está el empresario Jorge Hank Rhon, hijo de Calos Hank González, que fue Gobernador del Edo Mex, Regente del DF, Presidente del PRI y que acuñó la frase “un político pobre es un pobre político” o sea representativo de lo más rancio del priísmo y que siempre busca la candidatura del PRI en BC. Fue Presidente Municipal de Tijuana en 2007, pidió licencia para ser candidato a Gobernador de BC y perdió ante el panista Osuna Millán. Ha protestado airadamente porque su partido, el PRI, prefirió a una mujer y lo excluyó de la consulta para ser candidato. Por tanto se fue como candidato a la gubernatura de BC por el evangélico PES, aliado del Presidente pero que por razones legales no puede hacer coalición con Morena. Hank Rhon hace mancuerna con Julián Leyzaloa Pérez para Presidente Municipal de Tijuana, ambos por el PES. Hank Rhon es dueño de la red nacional de casinos “Caliente” y ha sido sospechoso de asesinato (señalado de mandar matar en 1988 al periodista Héctor “El Gato” Félix del semanario Zeta), de narcotráfico, de lavado de dinero, de contrabando de animales exóticos, pero siempre ha salido indemne. Va en mancuerna con Julián Leyzaloa como candidato a la presidencia municipal de Tijuana, popular por sus métodos violentos para -según él- acabar con los “malandros”. Está dado a la fuga desde el año pasado por dos expedientes de tortura sólo en BC además de otras acusaciones en Ciudad Juárez donde también fue Secretario de Seguridad Pública. Tiene 27 Recomendaciones por tortura, desaparición forzada y una por ejecución extrajudicial de su comando especial. De las 27 Recomendaciones, 3 fueron de la CNDH, 3 de le entonces Procuraduría de los Derechos Humanos de Baja California (hoy CEDH) y 21 de la CEDH de Chihuahua. Tiene un discípulo en Seguridad Pública en Cancún, Alberto Capella, quien ha estado atrás de la represión y asesinato de mujeres y protestas feministas a cargo de sus elementos policiacos.
Baja California Sur. El candidato a Gobernador es Víctor Manuel Castro Cosío por la alianza Morena y PT. Castro es uno de los pocos candidatos en estas 15 elecciones que realmente viene de Morena desde su fundación y antes del PRD, además de ser el único que antes militó en la izquierda socialista y en un movimiento como el magisterial donde fue dirigente local de la CNTE. Entró en 2018 como Senador de Morena por BCS y pidió licencia porque AMLO lo nombró super delegado con la clara intención de promoverlo para candidato a Gobernador en 2021. Pese a todo ello las encuestas actuales no lo colocan a él en el primer lugar, sino al candidato de la coalición del PAN, PRI y PRD, Francisco Pelayo que busca impedir el triunfo de Morena. A fines de los años 90, con Leonel Cota, antiguo compañero de Castro Cosío, el PRD ganó la gubernatura de BCS y la ratificó en una segunda ocasión, pero desde entonces el gobierno del estado ha estado en manos del PAN. El peso del sector empresarial ligado sobre todo a la industria turística nacional e internacional, así como su desprecio clasista, seguramente les parece mejor representado por el PAN. La actual Alcaldesa de Los Cabos, Armida Castro, cargo al que llegó por Morena, renunció a su partido quejándose de violencia política de género porque la “consulta” para buscar la reelección no la dio por ganadora, sino a un hombre. Se presenta a la re elección pero por otro partido. Por ser este centro turístico económicamente el más importante municipio del estado, la Senadora del PAN, Lupita Saldaña, ha pedido licencia en el Senado para presentarse también como candidata en Los Cabos por su partido.
Campeche. La candidata de Morena y el PT es Layda Sansores que pidió licencia como Alcalde de Álvaro Obregón en la CDMX para presentarse como candidata en su natal Campeche. Ya ha sido candidata a Gobernadora de Campeche. Ella rompió con el PRI en 1997 cuando le negaron la candidatura por lo que se fue al PRD para ser candidata aunque no ganó la elección. Desde el PRD ha apoyado a AMLO. Es hija de Carlos Sansores Pérez, antiguo dirigente nacional del PRI y por lo tanto de conocida estirpe priísta. Campeche sigue siendo bastión del PRI; jamás ha sido gobernado por ningún otro partido. El actual presidente nacional del PRI Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” es de Campeche donde fue Gobernador y antes Senador por ese mismo estado. El candidato del PRI es Christian Castro en coalición con el PAN y el PRD. O sea que con la pretensión de sacar al PRI del gobierno de Campeche, Morena lanza a una priista de estirpe de la familia Sansores.
Colima. La candidata a gobernadora por Morena (y el Partido Nueva Alianza) es Indira Vizcaíno que va por su “tercera transformación” pues primero fue del PRD, luego entró al gobierno de Colima con el PRI y después en 2018, se ha pasado a Morena, cuando López Obrador la nombró super delegada en Colima. Es decir, también siguiendo el esquema inicialmente diseñado por AMLO de proyectarla para ser la Gobernadora. Eso no evitó que cuando Mario Delgado, presidente nacional de Morena, anunció que ella había ganado la “encuesta”, hubiera protestas de otros Morenistas e incluso en Colima fue uno de los lugares donde Delgado ha sufrido empujones y gritos de sus compañeros por la imposición de la candidatura. Lo relevante de la candidatura de Indira Vizcaíno no es solamente su rápido transcurrir del PRD al PRI y luego a Morena, sino que estos cambios de camiseta no han estado vinculados a ningún compromiso con las luchas sociales en su estado. Especialmente en el caso de su colaboración con el PRI que ocurrió con el gobierno de Ignacio Peralta cuya elección en 2015 fue cuestionada por fraudulenta incluso por el PRD del cual Indira era militante y que obligó a una repetición de la elección. La elección se repitió y nuevamente impusieron a Peralta. Es con ese gobierno que desde un principio Indira Vizcaíno entró a colaborar como Secretaria de Desarrollo Social.
Chihuahua: El candidato a gobernador de Morena es Juan Carlos Loera de la Rosa. Entró como diputado federal de Morena en 2018, aunque siempre estuvo ligado al gobierno panista de Corral en un contexto de convivencia de cúpulas del PRI, PAN y PRD, común en Chihuahua. Pidió licencia como diputado pues AMLO lo nombró super delegado en Chihuahua. O sea no es gran sorpresa pues es el esquema previamente acordado por AMLO de superdelegados que se convertirán en candidatos a gobernador. No es seguro su triunfo, de todos modos, por la debilidad de Morena en Chihuahua. La candidata de la coalición PAN-PRD es María Eugenia Campos, conocida como Maru Campos, alcaldesa de Chihuahua capital con licencia. Maru Campos está acusada de recibir sobornos de una nómina secreta del ex gobernador priísta César Duarte Jáquez (2010-2016). A pesar de que hasta 12 priístas acusados de lo mismo que Maru Campos ya están en la cárcel, a ella todavía no se le vincula a proceso y así pretende hacer su campaña para gobernadora. La Fiscalía del estado ahora gobernado por Corral del PAN no parece tener prisa para proceder contra la candidata del PAN que fue sobornada por el anterior gobernador del PRI.
Guerrero: Obviamente la candidatura de Félix Salgado Macedonio por Morena para Gobernador de Guerrero ha sido la más polémica y de mayor escándalo y desprestigio para ese partido. Más allá del reciente capítulo de la decisión del INE de cancelar el registro de la candidatura de Salgado por no presentar gastos de precampaña, lo más importante es la evidencia de la definición conservadora y patriarcal de Morena con motivo de las denuncias de violación y agresión sexual. En el anterior artículo ya abordamos el tema explicando que nuestra preocupación no es el prestigio o no de Morena con esa candidatura o si muestran coherencia o no pues en general no coincidimos con ese partido. Pero ciertamente hay un problema con la imagen social de este conflicto. La elección presidencial del 2018 en que se expresó un rechazo histórico al PRIAN,generó en el imaginario popular una expectativa con respecto a AMLO y el gobierno de Morena que iba más allá de lo que realmente se comprometía y lo que sería su actuación. Con el discurso de AMLO contra el neoliberalismo pero que circunscribe al combate a la corrupción se muestra la contradicción, típica de otros gobiernos “progresistas” de América del Sur de que en la práctica continúan con líneas centrales del neoliberalismo como son los megaproyectos. Lo mismo sucede con respecto a los derechos humanos y la seguridad pública y con respecto a los derechos de las mujeres y el feminismo. La expectativa social al derrotar al PRIAN, en el imaginario popular, era de que a diferencia de los neoliberales, el gobierno de AMLO y Morena defenderían y extenderían los derechos de las mujeres y casi serían feministas. Ciertamente en temas de derechos políticos como es la paridad en los cargos de elección popular, el gobierno de AMLO los ha respetado. Son conquistas del movimiento amplio de mujeres que vienen de muchos años atrás y que fueron recogidas en la legislación vigente desde antes del triunfo de Morena. Y AMLO lo ha respetado, como se muestra en la composición del gabinete y en la llamada “Legislatura paritaria”. Ahora mismo todos los partidos deben respetar la ley que les exige paridad en las candidaturas. Pero las demandas del feminismo y los derechos de las mujeres no se limitan a la paridad en los cargos de representación. Como hemos insistido en varias ocasiones, no basta que haya legisladoras o funcionarias mujeres si estas mujeres tampoco tienen conciencia de la condición de las mujeres y mantienen concepciones conservadoras, religiosas o sexistas. En la nueva ola de lucha de las mujeres los ejes de la movilización apuntan a temas más profundos que simplemente la paridad en cargos públicos y que son reconocidos incluso relevantemente por las nuevas generaciones como parte de la lucha contra el patriarcado en el capitalismo. Ejemplo de ello son las importantes movilizaciones por la despenalización del aborto y el derecho al control del propio cuerpo de las mujeres o todas las luchas contra la violencia a las mujeres (incluyendo la violencia política) y su extremo, el feminicidio que en México ha llegado a extremos escandalosos. Y en este punto es que, así como en los megaproyectos neoliberales, se han evidenciado aquí las limitaciones y contradicciones del gobierno de AMLO y su partido con las expectativas y el imaginario popular de lo que equivocadamente la gente esperaba de este gobierno. El caso de Félix Salgado ha permitido evidenciarlo ampliamente. Pero es una contradicción que ya venía de antes. Tiene que ver con la supresión de presupuestos conquistados previamente para la atención de mujeres víctimas de la violencia sexista. Tiene que ver con la permanente oposición de AMLO a reconocer que la violencia y la violencia feminicida se mantiene o incluso que con la pandemia se ha incrementado, cuando él dice tener “otros datos”. O cuando niega la violencia intrafamiliar recrudecida en el confinamiento y él dice que no puede ser porque al “quedarse en casa” no hay ese riesgo porque la familia en México tiene valores que la hacen diferente al ambiente familiar en otros países, como denuncian las feministas con respecto a la estructura patriarcal. Es decir, contra lo que el imaginario popular pensaba, el gobierno de AMLO no es feminista ni tiene su prioridad en la defensa de los derechos de las mujeres en el marco de esta sociedad patriarcal. Quienes pensaban que la candidatura de Salgado Macedonio respondía a una visión conservadora, sexista, de Mario Delgado, de la dirección de Morena o de su comisión de honor y justicia, deben comprender que no es solamente el partido, sino es la concepción de su principal guía político, el Presidente de la República, López Obrador. El conflicto se ha expresado directamente con el Presidente que ha defendido y sostenido, pese a todo, la candidatura de Salgado. Y los argumentos y razones que ha presentado muestran claramente su concepción conservadora (ésa sí conservadora y no la visión política del siglo XIX que siempre arguye entre liberales y conservadores). Cuando las mujeres le exigen romper el “pacto patriarcal” finge confundirlo con el “Pacto por México” hecho por los partidos con Peña en 2012 en el proyecto neoliberal, respondiendo que ha roto ese pacto y lucha contra los neoliberales. Después declara que su esposa ya le explicó que se trata del pacto patriarcal que guarda silencio frente a la violencia a las mujeres. Sin embargo, la respuesta y posición de AMLO, que impone a Morena, no es simplemente producto de la ignorancia. Es producto de una concepción conservadora patriarcal. Y esto es lo más grave pues su respuesta final al reclamo de que rompa el pacto patriarcal es muy peligrosa. Cuando AMLO afirma que esas ideas del movimiento feminista sobre el pacto y el patriarcado son ideas y demandas no originadas en México, sino en el extranjero, retoma los reaccionarios argumentos del PRI de la época de Díaz Ordaz y de Echeverría. Díaz Ordaz insistía que las demandas democráticas del movimiento estudiantil del 68 respondían a “ideas extranjerizantes” y esos gobiernos justificaban la represión como parte de la “lucha contra el comunismo” y hasta el final de su vida Díaz Ordaz consideraba que con Tlatelolco y toda la secuela represiva había “salvado a la patria”. Este reaccionario argumento busca apelar al patriotismo, a lo nacional, a buscar un enemigo externo que obligue a la unidad sin críticas, incondicional, en torno al gobierno. Cuando este pensamiento reaccionario prende entre sectores sociales no necesitas tener policías para reprimir, basta el policía que tienes en la cabeza como se decía en el 68. Y así ocurrió en Canoa, Puebla, en esa época, cuando un grupo de excursionistas de la Universidad de Puebla, pasan por el pueblo y el cura del lugar azuza a la población para linchar a los “comunistas” que vienen de la Universidad. Cuando el Presidente de la República señala a las feministas como manipuladas por la derecha o peor aún portadoras de una ideología ajena a México abre una guerra política en que busca aislar al movimiento y sembrar la desconfianza y el rechazo al feminismo. Efectivamente defendiendo el pacto patriarcal en la práctica. No es de extrañar por eso que en Guerrero cuando algún grupo feminista protesta en Morena por la candidatura de Salgado mujeres morenistas las ataquen a golpes. O que las mujeres que presentaron las denuncias contra Salgado prácticamente tengan que huir ante el hostigamiento en algún caso de sus propios compañeros de partido. El llamado de Salgado y de Morena a “cerrar filas” con su candidatura ante las denuncias por violencia sexual, con estos discursos del propio Presidente refuerzan las visiones más atrasadas y conservadoras en la sociedad. Incluso las visiones regionalistas, que no son exclusivas del norte de México, en que Salgado y los morenistas exigen dejar “sólo al pueblo de Guerrero” para que decida democráticamente es apelar a ese argumento de que las feministas y e feminismo son externos, impuestos desde el centro o la CDMX. Cerrar filas frente a la derecha que supuestamente está atrás del reclamo feminista. Con ese discurso, seguramente es cierto que Salgado puede ganar la mayoría de votos al apelar al atraso en la conciencia social que afirma que los guerrerenses tienen el derecho a contar con el “Toro sin cerca”, que será muy macho pero es propio. ¡Hay toro! grita Salgado orgulloso en una cínica autoconfesión de su machismo. Pero de nuevo, todo eso es sostenido por su partido y el Presidente que lo justifican. La reciente decisión del INE de cancelar su registro (no por la violencia sexual sino por no presentar gastos de precampaña) le ha dado armas a Salgado, Morena y al Presidente para presentarse como víctimas de un ataque de las derechas y eludir el señalamiento concreto contra Salgado (aún sin juicio o respetando la presunción de inocencia, si hubiera sensibilidad en ese partido, podrían haberlo quitado como candidato por mala imagen pública, mala imagen que en este caso quieren explotar a su favor en la votación). Sea cual sea el resultado de esa decisión del INE, la postura de Morena y AMLO frente al movimiento feminista y los derechos de las mujeres han quedado explícitos ante la opinión pública. Es probable que recurriendo al Tribuna electoral, ganen el caso de Salgado y reafirmen su candidatura de todos modos pues es su convicción mantener el pacto patriarcal.
Michoacán: El candidato de Morena es Raúl Morón que participó hace muchos años en el movimiento magisterial de donde brincó al PRD y por esa vía a varios cargos de elección popular. Fue dirigente de la sección XVIII de la CNTE y junto con otros liderazgos formó la llamada Alianza por la Unidad Democrática que, por medio del PRD, le permitió contar con un número importante de Presidencias Municipales, así como de diputaciones tanto locales como federales. El origen de esta corriente en el movimiento sindical no es prueba de la correcta politización de las luchas sociales, por el contrario es más bien la comprobación de que corrientes del movimiento social que no tienen una perspectiva revolucionaria al participar electoralmente con partidos en el marco capitalista, terminan absorbidos por la lógica clientelar, burguesa de hacer política e institucionalizados. Participan en el terreno institucional abandonando la perspectiva de una ruptura revolucionaria lo que los coloca en la lógica simplemente electoral de votos y cargos de elección para mantenerse en la institucionalidad a la que se supondría querían combatir. La candidatura de Morón a la gubernatura de Michoacán es la culminación de su carrera pues ya en 2018, bajo el efecto AMLO pero también con el respaldo de rancios grupos políticos locales ligados tanto al PRI como al PRD, ganó la elección para ser Presidente Municipal de Morelia. Ahora que el INE ha cancelado su registro como candidato a Gobernador por Morena, inmediatamente se ha desatado una rapiña o rebatinga dentro y fuera de Morena para ver quién se queda con la candidatura, aprovechando también los cuestionamientos previos a su candidatura por otros grupos de Morena.
Junto con el caso de Félix Salgado es uno de los dos candidatos a gobernador de Morena que el INE canceló su registro por no haber presentado gastos de pre campaña. Debido a que el peculiar método de definir candidaturas por parte de Morena (a sugerencia de AMLO) no es de votación por los afiliados o delegados o algún método democrático (pues hay disputa interna sobre el padrón de afiliados, de quién es y quién no) impusieron el método de la “encuesta” a población abierta y por teléfono, supuestamente, para decidir quién es el candidato. Con ese motivo los interesados no pueden hacer precampaña porque no hay votación ni elección que ganar, sino que todo depende de una “encuesta” que nadie ve. Como no hacen formalmente precampaña (cabildean con los jefes del partido pero no hacen precampaña) entonces no entregan gastos de precampaña como contempla la ley electoral. La ley electoral considera que antes de que alguien sea candidato debió hacer precampaña en su partido para ganar la nominación y por eso el INE pide gastos de precampaña. Por eso alrededor de 40 candidaturas canceladas son de Morena y no de otro partido, pues es Morena quien en general utilizó la “encuesta” para definir candidaturas. Morena va a apelar ante el Tribunal y seguramente revertirá el acuerdo del INE. En paralelo, el candidato de la coalición PRI, PAN y PRD en Michoacán es Carlos Herrera Tello, Secretario de Gobierno de Silvano Aureoles, del PRD.
Nuevo León: La candidata a Gobernadora por Morena es Clara Luz Flores. El candidato de la coalición PRI-PRD es Adrián de la Garza. La actual candidata de Morena, Clara luz Flores, siempre ha sido del PRI. Ha sido tres veces Presidenta Municipal de Escobedo, Nuevo León. Su esposo, Abel Guerra, también viejo priísta ha sido igualmente dos veces Presidente Municipal de Escobedo, uno de los municipios conurbados de Monterrey. Abel Guerra afirma públicamente que la gente votará por Clara Luz “porque es su esposa” (a propósito del patriarcado). La postulación e incorporación a Morena de Clara Luz Flores ha sido motivo de mucha polémica y conflicto incluso en las filas de ese partido. Quien primero la invitó fue Yeidkol Polenvsky, cuando era encargada de la Presidencia de Morena, pero también por Olga Sánchez, la secretaria de Gobernación. Fue en aquella época que Polenvsky acuño la frase del PRIMOR para hablar de este tipo de acuerdos. Ya bajo la Presidencia de Morena con Mario Delgado, el acuerdo se ratificó. Para los que tienen ilusiones en AMLO cuando se habla de estas polémicas decisiones y posiciones, atribuyéndolas a funcionarios menores, hay que recordar que días antes de que Clara Luz Flores fuera postulada, el propio López Obrador estuvo en Monterrey el 23 de enero para apoyarla. Había la posibilidad de que en vez de esta antigua priista la candidata en Nuevo León fuera la antigua panista Tatiana Clouthier también representativa de la burguesía regiomontana, o “Regia” como les gusta llamarse. Para resolverlo, AMLO nombró a Clouthier Secretaria de Economía del Gabinete para reforzar el papel de Alfonso Romo como “vínculo” con los empresarios no solo del Grupo Monterrey, sino en general de la burguesía. Por su importancia estratégica el Gobierno de Nuevo León siempre controlado por el PRI y ahora con el “independiente” Bronco es escenario también de la disputa interburguesa dentro y fuera del gobierno federal, tratando de ganar Nuevo León con una antigua priísta. La disputa en Nuevo León con el PRI y el PAN, en su antigua plaza, seguramente será muy violenta. Ejemplo de ello ya lo hemos tenido cuando el candidato del PRI Adrián de la Garza ha denunciado los videos donde aparece Clara Luz con el jefe de NXIVM (Keith Raniere). Previamente Clara Luz Flores había negado su participación en NXIVM, reduciéndolo a un curso de “superación personal” que habría tomado ahí, como “muchos mexicanos”, alrededor de 10 mil dijo ella en entrevista con Julio Hernández “El Astillero”. Ciertamente los “miles de mexicanos” a los que se refiere son más bien algunos hijos e hijas de las élites del poder, empezando por Emiliano Salinas, operador de ese grupo e hijo de Carlos Salinas de Gortari, así como otros hijos de Fox o De la Madrid y de varios empresarios. Por supuesto no pueden ser “muchos” mexicanos pues se requiere tener mucho dinero para estar en esa secta aunque algunas mujeres eran convertidas en esclavas sexuales del gurú Keith Raniere que le permitía marcarlas con su nombre en el cuerpo y por lo cual actualmente enfrenta una pena de cárcel de más de 100 años en Estados Unidos. Seguramente Clara Luz pensaba en tener la cobertura de Mario Delgado en su participación en NXVIEM pues previamente Delgado también aceptó haber tomado un curso de “superación personal” ahí. Pero desatada la guerra con el PRI, han filtrado un video donde aparecen en amena conversación Clara Luz y Raniere en que éste le explica que la demagogia de los populistas es que dan a la gente lo que ellos creen que necesitan y no lo que realmente necesitan. La “filosofía” de Raniere, compartida sumisamente por Clara Luz en esa conversación, es parte de la opinión que tienen del “pueblo” como salvajes e ignorantes y sin espíritu de superación. En realidad los cursos de “superación personal” de NXVIEM se llaman “programa éxito ejecutivo” donde les enseñan que un parásito es alguien que pide ayuda a otros o se queja de hambre, dolor, o dificultades en la vida y el objetivo de los miembros de la secta es acumular la mayor cantidad de dinero posible para “mejorar al mundo”, por el conocido sistema de las pirámides donde reclutas a nuevas personas a extorsionar. Sobre el comportamiento parasitario Raniere (según ha explicado en reciente artículo Fabrizio Mejía) va más allá, al asegurar que no existen las víctimas, es decir haber sufrido un abuso o una injusticia no es un asunto entre el Yo y el mundo, sino del Yo consigo mismo. Eso le permite al gurú avergonzar a sus víctimas por asumirse como tales y manipularlas hasta el extremo del uso sexual y patrimonial. Así, con una antigua priista, alumna de Raniere, Morena quiere ganarle Nuevo León al PRI y al PAN en su antiguo bastión.
Querétaro: Celia Maya García candidata de Morena, fue Jurídica de Blanca Jiménez la Directora de Conagua, parte del equipo despedido por AMLO después de la crisis del agua por la toma de presas de Chihuahua. El Presidente sugirió que los panistas que tomaron las presas tuvieron el apoyo y complicidad desde hace años de funcionarios de Conagua que perdieron demandas y dieron las concesiones. El contrincante de Celia Maya es el Senador con licencia Mauricio Kuri (PAN) en un estado gobernado por el PAN y asiento de algunos de sus principales representativos, como el inefable Diego Fernández de Cevallos.
San Luis Potosí: La candidata de Morena para Gobernadora del Estado es Mónica Rangel. Por la coalición de PRI-PAN-PRD va Cesar O. Pedroza. El potosino Julio Hernández, “El Astillero” ha publicado una serie de artículos describiendo lo que él ha llamado el “batidillo potosino” para referir a los enredos de Morena para definir su candidatura especialmente ya con Mario Delgado en la Presidencia del partido. Desde el año pasado empezaron los pactos en la Cámara de Diputados para el caso de SLP. El diputado Ricardo Gallardo Cardona renunció al PRD y a su coordinación para apoyar iniciativas de Morena, coordinada por Mario Delgado, a cambio de tener la candidatura a Gobernador de SLP en alianza con el Partido Verde, al cual se afiliaría. Las protestas de gente de Morena no se hicieron esperar debido al desprestigio del grupo de Gallardo. Argumentando la obligación legal de que los partidos postularan también mujeres en las candidaturas para los gobiernos de los estados, Mario Delgado pudo realizar el cambio, nuevamente en la línea del PRIMOR, es decir con la candidatura de Mónica Rangel. Antes de ser candidata de Morena, Mónica Rangel era la Secretaria de Salud del saliente gobierno priísta encabezado por Juan Manuel Carreras. Cuando se dio a conocer el resultado de la “encuesta” otras aspirantes a la candidatura de Morena, como Francisca Reséndiz, dirigente sindical, denunció ante la prensa que había una maniobra de “la mafia del poder” entre Mario Delgado y el gobierno priísta de Carreras. El respaldo de Morena a esta candidatura no se limitó a Mario Delgado, sino que como en el caso de Félix Salgado, conoció del aval del propio AMLO. El último desayuno de trabajo que tuvo AMLO antes de anunciar su contagio del Covid 19 fue en San Luis Potosí con el gobernador priísta Carreras
Sonora: Alfonso Durazo es el candidato de Morena (en alianza con el PT y Verde). La candidatura de Durazo, parte del equipo de AMLO, estaba prevista. Aunque no fue nombrado como super delegado como sucedió con precandidatos en otros estados, Durazo fue nombrado encargado de Seguridad Pública a nivel federal que constituye una posición clave. El objetivo de Morena de ganar un estado históricamente dominado por el PRI, de algún modo feudo de Manlio Fabio Beltrones (con el intermedio de un gobierno panista) por medio de Durazo es significativo. Aunque Durazo ha sido parte del grupo de AMLO, su trayectoria, como se sabe, es más complicada y no propia de la izquierda. Su definición central arranca con el PRI, como parte del equipo central de Luis Donaldo Colosio. Fue secretario particular de Colosio cuando éste fue Presidente del PRI, luego cuando fue Secretario de Desarrollo Social en el gobierno de Salinas y finalmente cuando fue candidato presidencial en 1994 hasta su asesinato en Tijuana. Después del asesinato de Colosio, colabora en el gobierno panista de Vicente Fox, como su portavoz y como su secretario particular, prácticamente al mismo nivel que lo hizo con Colosio. Al chocar con Martha Sahagún, la esposa de Fox y sus pretensiones sucesorias, Durazo renuncia al gobierno de Fox y para el siguiente sexenio empieza a colaborar con AMLO. Se repite el esquema de tratar de desplazar al PRI con un candidato proveniente del PRI y con la aureola de colaborador de Colosio. Según la denuncia de morenistas inconformes, Durazo utiliza los mismos métodos priístas de imposición para las otras candidaturas en juego en Sonora, por ejemplo las de Ayuntamientos. Destaca el caso de la Presidenta Municipal de Hermosillo, Célida Teresa López Cárdenas, que se presenta por Morena para reelegirse en el cargo y que ha denunciado e insultado a las feministas como “taradas” por exigir la despenalización del aborto alegando que ella sí es feminista y que “abriendo o cerrando las piernas” toman control de su cuerpo y luego quieren “andar abortando con el trapo verde a todo motor”. En un estado gobernado por la beltronista Claudia Pavlovich que en la escandalosa y ostentosa boda de su hija en días recientes a la que se dice asistieron más de 400 personas en plena pandemia , entre ellos Manlio F. Beltrones, la senadora Sylvana Beltrones, Peña Nieto y el propio Salinas de Gortari, la coalición del PRI, PAN y PRD ha postulado a Ernesto Gándara Camou.
Los anteriores son algunos de los casos más relevantes en la elección de gobernadores este 2021.
También tendrá lugar la sucesión en Tlaxcala donde Morena ha postulado a Lorena Cuéllar (en alianza con el PT, Verde y Panal). En Sinaloa el candidato de Morena es Rubén Rocha. En Nayarit el candidato es Miguel Navarro por Morena, PT, Verde y PANAL.
En Zacatecas donde el candidato de Morena será David Monreal que nuevamente intentará gobernar ese estado donde su hermano Ricardo Monreal ya fue gobernador. Ricardo Monreal rompió con el PRI en 1998 para ser candidato a Gobernador por el PRD en ese año. Para la corriente del Senador Monreal y sus pretensiones futuristas, la candidatura de Zacatecas es la única plaza importante que busca disputar. Sus posibilidades en relación a la sucesión presidencial, se limitan más bien a forjar alianza con la corriente de Marcelo Ebrard. Su otra pretensión, que perdió para la elección de 2018, es la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Pero ahí también ha ido perdiendo posiciones pues no logró que Néstor Núñez, actual Alcalde en Cuauhtémoc, se presentara a reelección pues la “consulta” favoreció a Dolores Padierna. La candidatura de Padierna en Cuauhtémoc es también parte de la recuperación de posiciones de René Bejarano en la Ciudad de México.
Como puede apreciarse de la revisión anterior, el bloque de partidos de derecha representados por la coalición PRI, PAN y PRD van juntos en 11 de los 15 estados donde habrá elección de gubernatura. En Chihuahua, Nuevo León y Guerrero, la coalición es parcial, en el primer estado PAN-PRD, en Nuevo León y Guerrero PRI y PRD. Y en Querétaro, donde el PAN considera ser hegemónico, los tres van separados.
La larga lista de candidaturas “impresentables” (como eufemísticamente se les llama) de Morena (ahora para las gubernaturas; esperen a ver las restantes) debería ir más allá de la visión localista que cree que se trata de un caso particular en determinada entidad o en otra. Estas candidaturas no son resultado de un problema local con los encargados de Morena, sino que corresponde a la línea general del partido, avalada incluso por el propio AMLO.
Como dijimos en el anterior artículo, con el reacomodo de fuerzas en curso todo indica que Morena (con sus aliados) tendrá la mayoría de votos, aunque no tenga los famosos 30 millones de la presidencial por ser elección intermedia sin la figura presidencial en las boletas y por el desgaste mismo de Morena. Es decir que la abstención por lo mismo seguramente volverá a sus niveles anteriores.
Cuando concluimos que no hay opción partidaria en las elecciones del 2021, nuevamente estamos reafirmando la necesidad de continuar la construcción, más allá de los procesos electorales, de un partido revolucionario que hoy debe ser claramente anticapitalista, feminista, ecosocialista e internacionalista. En esa lógica tratamos por lo pronto de avanzar en la coincidencia de un polo político y social alternativo, tanto a la derecha como al “progresismo tardío”, con los movimientos independientes de la clase trabajadora, del feminismo en lucha contra el patriarcado capitalista y los movimientos indígenas en lucha contra los megaproyectos neoliberales, ecocidas y depredadores.
CDMX a 30 de marzo de 2021.
(*) Integrante del Comité Político del PRT.